Google dice que es conveniente no hacer noticias de menos de 300 palabras y recomienda escribir al menos 500 siempre que se pueda. En el caso de esta noticia casi todas las palabras que podamos escribir sobran.
Una cámara instalada en el Oracle Arena de Oakland —controlada remotamente— captó los casi tres minutos vividos en el banquillo de los Cavaliers que siguieron al que por el momento sigue siendo la jugada más determinante de las Finales de la NBA 2018: el fallo en el tiro libre de George Hill, el rebote capturado por J.R. Smith y la huida con el balón de éste, no se sabe donde, sin intentar lanzar a canasta o pasar el balón a un compañero para lograr el triunfo.
Tras esa acción los jugadores se dirigieron a los banquillos para esperar a que diese comienzo la prórroga, pero en el banquillo de Cleveland parecía que se esperaba a que diese comienzo un funeral. LeBron James, J.R. Smith y George Hill permanecían hundidos, incapaces de hablar. El primer aplauso capturado corresponde a Kyle Korver tras más de un minuto de silencio. José Manuel Calderón también lo intentó, pero sin mucho éxito que digamos.
Casi dos minutos después el entrenador Tyronn Lue tomó las riendas de la situación, instante en el que LeBron James le preguntó por los tiempos muertos: en el vídeo también se ve como James, exhausto tras un esfuerzo brutal durante los primeros 48 minutos, se hunde echándose las manos a la cabeza cuando Lue le confirma que Cleveland tuvo un tiempo muerto a su disposición que no se solicitó.
This is heartbreaking! Long uncut footage of LeBron, JR Smith & George Hill after Smith's mistake in Game 1. pic.twitter.com/MplQoAkk0a
— Ballislife.com (@Ballislife) June 4, 2018
Un drama. Así era imposible ganar el partido en la prórroga. Buena cuenta de ello dieron los Warriors anotando un parcial de 9-0 para abrir el tiempo extra y cerrando esos 5 minutos con un marcador de 17 a 7 para obtener el primer triunfo de las Finales. Algo más que un 1-0.