Fue la exhibición de la jornada en los playoffs. Arriba y abajo, en ataque y en defensa, Draymond Green proporcionó uno de los mayores shows recientes que se han visto en la NBA. Capital para el triunfo de los Warriors ante los Blazers, el candidato al Mejor Jugador Defensivo del Año demostró que es una pieza clave e imprescindible en los esquemas de Golden State cuando llegan los momentos decisivos de la campaña.
Green registró 19 puntos, 12 rebotes, 9 asistencias, 5 tapones y 3 robos. Números que no se veían desde hace más de 40 años en la post temporada de la NBA y que le dejaron muy cerca de una cifra histórica: alcanzar el 5×5, es decir, al menos cinco unidades en puntos, rebotes, asistencias, tapones y robos. A Green le faltaron 2 robos de balón para lograr esta cota.
En febrero ya merodeó el 5×5 con un espectacular e insólito triple-doble basado en 4 tantos, 12 capturas, 10 pases de canasta, 10 robos y 5 tapones. Fue el primer triple-doble de la historia con menos de 10 puntos y Green se quedó a un crédito de sellar un 5×5 que ya consiguió en diciembre de 2015, frente a los Celtics: 24 puntos, 11 rebotes, 8 asistencias, 5 robos y 5 tapones. Aquellos números no se hacían en la NBA desde 1993, con Hakeem Olajuwon.
En los últimos 33 años en la NBA ni un jugador ha conseguido firmar, ya sea en Liga Regular o en playoffs, un 5×5 con triple-doble. Ayer a Green le faltó un pase de canasta y dos robos para poner la guinda a una actuación ya de por sí memorable.