Dura derrota de los Warriors en Dallas

Anoche Stephen Curry aseguró aún mas un MVP que está prácticamente decidido después de dos meses de competición. Y lo hizo sin jugar.

Los Golden State Warriors cayeron con estrépito en su visita a Dallas por 114–91 en un partido en el que no pudieron contar con Curry debido a una lesión en la pierna.

J.J. Barea, posiblemente en uno de los mejores momentos de su carrera, volvió a ser el mejor de los Mavericks con 23 puntos incluyendo 5 de 7 en triples. Dirk Nowitzki aportó 18 puntos y Zaza Pachulia 14 puntos y 15 rebotes. Fue la cuarta victoria seguida del conjunto tejano.

Por los Warriors sus dos mejores jugadores de la temporada después de Curry no estuvieron a la altura, a buen seguro perjudicados por la ausencia del base titular del equipo y con las defensas más pendientes de ellos. Klay Thompson y Draymond Green terminaron con 10 y 11 puntos respectivamente tras acumular un 4 de 15 en tiros cada uno.

“La atención que Curry tiene en la creación de tiros y cómo funciona el ataque con él no tuvo nada que ver a lo de hoy”, reconoció Devin Harris en declaraciones que recoge Associated Press.

No en vano la de anoche en Dallas fue la tercera derrota consecutiva de los Warriors en partidos en los que no juega Curry contando desde la pasada temporada.

Ian Clark fue el sorprendente líder anotador de los Warriors con 21 puntos.

Derrota contundente

Golden State no perdía un partido por tantos puntos desde 2013 cuando cayeron por 31 puntos contra Houston. La pasada temporada, cuando lograron su primer título tras 40 años, la derrota más abultada fue por 15 puntos. Anoche Dallas llegó a superarles hasta por 30 puntos durante el tercer cuarto.

Luke Walton no pudo contar anoche con el mencionado Curry, Harrison Barnes, Festus Ezeli y Leandro Barbosa.

«La gente olvida que teníamos a cuatro jugadores fuera. Estamos jugando a un nivel tan alto que a veces se pasan las cosas por alto», declaró Andre Iguodala.

El camino al récord del 72–10

A pesar del tropiezo los Warriors mantienen el mejor arranque de la historia después de 31 partidos con un 29–2, con una victoria más que el 28–3 que lograron equipos como Boston Celtics en la campaña 2008–09 o los Chicago Bulls en la mítica 1995–96.

Los Bulls de esa temporada llegaron al All-Star con un balance de 41–3, por lo que los Warriors tendrían que hacer un 12–1 en sus próximos 13 partidos para mantener el ritmo que impusieron Michael Jordan y compañía.


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