Dwight Howard empieza a mostrar su malestar en Atlanta

Ni siquiera volver a casa ha atenuado la sensibilidad de Dwight Howard. El final de la temporada de los Hawks, eliminados el viernes por Washington, ha llegado en un momento de especial frustración del pívot, dejando claras sus diferencias con su entrenador Mike Budenholzer. En la última rueda de prensa de 2016-17, Howard no se mordió la lengua al cierre de su primera campaña NBA en su Atlanta natal.

«Quiero jugar»

Pese a ser titular en todos sus partidos de la temporada, el jugador de 31 años apenas contó para cerrar los partidos de la serie contra los Wizards. De los 72 minutos posibles de último cuarto de la serie, Howard solo disputó 16. «Fue difícil», reconoció Dwight Howard sobre el final de campaña. «Quiero jugar. Quiero estar en cancha. Quiero marcar diferencias. Quiero dejar huella, y no puedo hacer eso en el banquillo».

Howard incluso buscó la complicidad de los periodistas para explicar su situación. «Estoy seguro de que si escribieras las mejores historias del mundo y nadie las leyera, y te dijeran que dejases de escribir y vieras que la historia de otro no fue tan buena como la de los demás, también estarías enfadado. Es así como es en baloncesto». En sus 6 partidos de playoffs, el pívot promedió 8,0 puntos y 10,7 rebotes en 26,2 minutos, sus mínimos históricos en post-temporada.

Amargo primer año

De esta forma, Dwight Howard suma un nuevo equipo en el que no se siente a gusto, tras salir sin demasiado amor mútuo de Magic, Lakers y Rockets, sus tres anteriores franquicias en la NBA. El pasado verano, el tres veces Mejor Jugador Defensivo del Año firmó por $70,5 millones y 3 años con los Hawks, el equipo de su ciudad natal Atlanta. Pero la luna de miel no ha durado demasiado ni con la franquicia ni con su entrenador Mike Budenholzer.

«Eso es algo de lo que tenemos que hablar. No puedo darte detalles aquí», respondió Howard sobre una futura conversación con su técnico, también presidente de la franquicia y máximo responsable deportivo, sobre su situación. Preguntado sobre si el rol que ha tenido no es el que le prometieron antes de firmar, el pívot no lo negó. «Te dejaré que digas eso. Solo quiero estar preparado para el próximo año», afirmó.

De estrella a complemento

Descontento en Houston particularmente por la falta de responsabilidad ofensiva, la situación de Dwight Howard no ha mejorado en Atlanta. En temporada regular, promedió 8,3 tiros de campo por partido, su mínimo de carrera desde su año de novato, pese a un 63,3% en tiros de campo que supone su récord personal en una campaña. Lejos de ser el candidato al MVP que llevó a Orlando a las Finales de 2009, Howard se resiste a ser un jugador secundario.


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