El dilema de Tom Thibodeau con el base titular

Los New York Knicks lograron en la pasada madrugada una contundente victoria ante los Sacramento Kings por 121 a 140, siendo la mejor anotación del curso para ellos. Elfrid Payton tuvo que sentarse en las gradas por unas molestias en el tendón de la corva, y fue el veterano Derrick Rose quien tomó los mandos del equipo.

¿Ha sido casualidad o será flor de un día? En ausencia de Payton los Knicks fueron un auténtico ciclón. Sellaron la primera mitad con un 65,9% en tiros de campo (29/44) y un 52,7% en triples (9/17) para anotar un total de 77 puntos.

Por su parte, Derrick Rose cosechó 18 puntos, 3 rebotes y 6 asistencias anotando sus primeros seis lanzamientos a canasta. El veterano base no partía como titular en los Knicks desde la temporada 2016-17.

«No es muy complicado», admitió Rose al medio NY Post. «Es baloncesto. Todavía sigue siendo baloncesto. Thibs nos pondrá en un gran lugar para estar preparados y mi trabajo es solo empujar el balón. Así que presionaré siempre que pueda e intentaré hacer mi mejor baloncesto. No creo que deba pensarlo demasiado. He sido titular la mayor parte de mi carrera, así que no es demasiado difícil», agregó.

A lo largo de su carrera acumula 619 encuentros oficiales, 505 partiendo de inicio entre Chicago Bulls, Cleveland Cavaliers, Minnesota Timberwolves, Detroit Pistons y los citados Knicks.

Respecto a Payton, su segunda campaña en Nueva York está siendo muy distinta a la del año pasado. Además de sus problemas físicos, nunca encontró su ritmo a las órdenes de Fizdale y Mike Miller. Pero en el presente curso con Thibs a los mandos ha progresado adecuadamente repartiendo juego, esforzándose en defensa y siendo importante en determinados tramos del choque. Sin embargo, parece que nunca termina de convencer, salvo a su propio entrenador.

Sus promedios están siendo de 12,3 puntos, 3,7 asistencias, 3,7 rebotes y un 44,1% en tiros de campo en 28 minutos por encuentro.

«En términos de valor para el equipo, lo hemos visto», señaló Thibodeau. «Sus fortalezas son distintas a las de otros muchachos. Su tamaño, su habilidad para proteger el balón y su habilidad para entrar en la pintura. Son incalculables. Ha tenido una muy buena temporada», destacó.

We want Quickley!

En el segundo partido con público asistente, el Madison Square disfrutó con el rookie Immanuel Quickley, quien anotó 18 de sus 25 en la primera mitad. Los aficionados enloquecían con su juego, y no era para menos, aportó un ritmo vertiginoso a la ofensiva de los neoyorquinos.

«Lo escuchaba desde el banquillo», dijo Quickley sobre los cánticos que pedían su ingreso en pista. «Fue bastante gracioso. Bajo la mascarilla me reía mucho, solo que nadie podía verme. Fue genial sentir a toda esa multitud apoyándome», reconoció.

Los Knicks cerraron la velada con un 51/87 en tiros de campo (58,6%) y un 19/36 en triples (52,8%). Números notables, aunque ante una de las peores defensas de toda la NBA.

«Compartíamos el balón, movíamos el balón. Confiábamos los unos en los otros, y hacíamos el pase extra», explicó Quickley. «Hemos dado un gran paso en la ofensiva», concluyó.

(Fotografía de portada: Sarah Stier/Getty Images)


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