Nadie dijo que fuese a ser un camino de rosas. En serio, literalmente todo el mundo avisó de que no lo iba a ser. Pero aún así, debutar con un 4 de 13 en tiros para una línea estadística de 8 puntos, 4 rebotes, 4 asistencias y derrota fue demasiado para que Russel Westbrook contuviese la ira. Al base le dio por culparse a sí mismo hasta el punto de que LeBron y Davis le tuviesen que calmar. «Es solo un partido. No te machaques tanto». Dos días después del estreno de los Lakers, es Frank Vogel el que intenta sacar a su jugador del atolladero. «No le hemos involucrado lo suficiente en el juego. Y eso es mi culpa» aseguraba hoy el técnico.
«Seguimos buscando la forma de hacerle útil y no apartarle de las acciones que Davis y James protagonizan en cancha. Va a terminar funcionando, pero no he involucrado suficiente a Russ, y eso tiene fácil solución». Lo cierto es que el equipo angelino se centró mucho en las situaciones que partían con aclarado de Davis o LeBron al poste, durante las cuales Westbrook se quedaba apartado sin amenazar lado débil. El base trató de meterse en el partido acudiendo él mismo a jugadas de espaldas a canasta o tiros de media distancia. Pero no salía nada. Ni siquiera pudo correr en transición.
Obviamente, tan solo es el primer partido de la temporada y lo normal es que las piezas no encajen desde un principio. Es importante que Westbrook entienda esto y no se frustre demasiado pronto. De momento parece estar consiguiéndolo. «Ha sido él mismo durante los entrenamientos. Es genial» dice Anthony Davis. «Ha tenido un día para reflexionar y ha vuelto jugando como él sabe. Con suerte, se recompondrá y podrá volver a ser Russell Westbrook para el próximo partido»
Los Angeles Lakers jugarán esta noche frente a los Phoenix Suns, partido que servirá para seguir descifrando cómo encajar a Westbrook junto a Anthony Davis y LeBron James. Todavía es demasiado pronto para darlo por imposible ¿no?
(Fotografía de portada de Katelyn Mulcahy/Getty Images)