Gersson Rosas espera el resurgir de Andrew Wiggins

El presidente de operaciones de baloncesto de Minnesota cree que el alero de 24 años necesita estabilidad para mostrar su mejor versión

Hace tiempo que Andrew Wiggins no está a la altura de las expectativas. Elegido número 1 del Draft de 2014, este chico de ahora 24 años tuvo un buen curso de novato al que dio continuidad con dos temporadas en las que mantuvo una fantástica progresión; tanto es así que en la 2016-17 se marchó hasta los 23,6 puntos por noche con un 35,6% en triples. Ahí quedó todo.

Quizás perjudicado por los cambios constantes en la franquicia, y puede que igualmente afectado por la llegada de un All-Star como Jimmy Butler, este chico formado en la Universidad de Kansas perdió el rumbo. Sus números bajaron a la vez que lo hacía su confianza, algo a lo que sin duda no ayudó que los Timberwolves siguiesen sin carburar mientras que los ojos se posaban sobre su espalda. Se le responsabilizaba de que los éxitos no llegasen a Minnesota.

Ahora el contexto ha cambiado. Hay un entrenador en el que confían, Ryan Saunders. Hay un nuevo presidente de operaciones de baloncesto, Gersson Rosas. Hay confianza en que demostrará que la extensión de cinco años y 150 millones de dólares que firmó en 2017 terminará por ser un acierto. Y es que como bien comenta Rosas, de esto último depende en gran parte el que el equipo vaya subiendo peldaños.

«Para que podamos alcanzar el éxito que queremos tener, él tiene que ser uno de los principales contribuidores. Para ser justo con él, necesita cierta continuidad en términos de entrenamiento, estrategia y estilo de juego. Creemos que va a ser uno de los grandes beneficiados del nuevo estilo de juego», señala en declaraciones recogidas por el periodista local, Dane Moore.

No le falta razón a Rosas. Wiggins tiene talento de sobra para ser uno de los baluartes de los Wolves. Sin embargo, parece que la inestabilidad de la franquicia le ha afectado de un modo inesperado. Ya no hablamos de que no se haya encontrado cómodo en según que situaciones, sino de que su progresión parece totalmente estancada; es como si el tiempo se hubiese detenido para él.

¿Puede revertir la situación? Está por ver. El curso pasado fue una auténtica pesadilla para él. Más allá de los números que firmó, sus actuaciones fueron muy mal recibidas por los aficionados de Minnesota, que incluso llegaron a abuchearlo. Su reacción tampoco fue demasiado pacífica comentando: «tenemos algunos aficionados de mierda».

El desencuentro con los fans no fue a mayores, pero ello no evitó que fuese creciendo cierta sensación de que su etapa en los Timberwolves estaba acabada… Pero claro, tiene por delante 4 años y 132 millones de dólares que no son nada fáciles de mover. Quizás apremiado por esa circunstancia, y aunque a comienzos de verano Jake Fischer de Sports Illustrated aseguró que habían estado explorando el traspaso, Rosas se inclina ahora por darle una palmada en la espalda.

Quedan dos meses para que comience la temporada regular y lo que está claro en Minnesota –dados los pocos movimientos realizados– es que el presente depende de lo que puedan hacer Wiggins y Karl-Anthony Towns. En caso de que no funcione siempre habrá tiempo para moverse, pero hacerlo ahora, cuando el número 1 de 2014 está devaluado, carece de sentido. Rosas ha llegado para poner orden y por ahora espera que con calma se pueda reconducir el barco.

(Fotografía de Harry How/Getty Images)


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