La victoria de Boston Celtics ante Warriors de este jueves fue conmovedora, como bien apuntó Mariano Galindo en la crónica del partido. El orgullo verde, en picos históricos y remontando una desventaja de 20 puntos ante el gran favorito a todo este año. Lo épico del episodio es innegable, sin embargo desde el lado de Golden State se terminó el encuentro con bastante malestar por la diferencia de faltas personales señaladas a uno y otro equipo. «Supongo que no puedo hacer falta. La próxima vez le dejaré (a Kyrie Irving) más espacio cuando penetre», declaró no sin sarcasmo Klay Thompson al final del choque. Los campeones terminaron enrabietados.
Los Celtics visitaron la línea de tiros libres anoche un total de 38 ocasiones, mientras que los Warriors lo hicieron en 19. Las faltas personales también dejaron una comparación desigual: 24 señaladas al equipo de la Bahía y 15 al de Massachusettss. Eso y que hasta tres acciones de ataque de Celtics en tiempo de clutch (con menos de cinco minutos por delante y con marcador no favorable a ningún conjunto por más de cinco puntos) terminaron en tiros libres. Kyrie Irving, que pasó por la la línea personal hasta siete veces en el último cuarto, convirtió todos sus intentos y puso por delante a Boston en el último suspiro; los verdes ya no soltarían su ventaja y se llevaron el partido.
«Fue (Irving) mucho a la línea de tiros libres. Así fue. No hizo apenas tiros (de campo). Si fueron falta o no es otra cuestión», pudo afirmar Draymond Green al término del partido, y recogió ESPN.
Segundos finales, a la línea
Cada acción de Irving señalada con falta en contra de Warriors era protestada por los jugadores visitantes. Stephen Curry, Andre Iguodala, Kevin Durant y el equipo al completo manifestaron su desacuerdo con las decisiones finales.
Hasta Steve Kerr, generalmente más comedido que sus tutelados cuando hay derrota. «Acabo de verlo en vídeo. No hay falta. Falta rigurosa», pudo alegar al head coach de los Warriors sobre la última acción de Kyrie Irving terminada en falta personal. Con el encuentro empatado a 88 y 14 segundos restantes, una penetración del base de Boston, defendido por Green, terminó en una falta dudosa pero que fue oro para Boston. Se pusieron por delante para acabar ganando el partido.
Durant también tuvo palabras de disconformidad. «Al final del partido fueron seis veces a la línea. Es difícil jugar así. Pero por otra parte nosotros tenemos que ejecutar mejor en los finales de partido», alegó el alero de Golden State.
De esa manera, las filas del vigente campeón de la NBA quedaron hondamente descontentas con la (a su juicio) diferente sensibilidad a la hora de señalar faltas.
Los Celtics terminaron el encuentro con una pobre tarjeta de 26 de 79 (32,9 por ciento) en tiros de campo; arreglada con un gran acierto desde el tiro libre (33 de 38, 86,8 por ciento). Su acierto en lanzamientos ordinario fue inferior al de Warriors (40,2 por ciento).
Boston, ¿peleando con Warriors?
Otra cuestión, más allá de las infracciones mal o bien interpretadas, es si los Celtics están en disposición de pelear al nivel de Golden State esta temporada. Preguntados por tal cuestión incluso a nivel de título, los jugadores de los Warriors optaron por la prudencia mordaz en sus declaraciones.
«Nah, se necesita mucho baloncesto para llegar a eso. Tienen mejor récord que nosotros. Podéis decir que son mejores que nosotros ahora mismo», alegó Klay Thompson.
Si no una amenaza para el título, los Celtics son como mínimo una candidatura cada vez más firme para reinar en la Conferencia Este. Sus 14 victorias seguidas (14-2 de balance) les avalan, además de representar ya la sexta mejor racha de la historia de Boston.
«Es muy, muy probable. Están jugando el mejor baloncesto ahora mismo en el Este. Veremos, he oído que el tiempo es muy bueno aquí en junio», bromeó Stephen Curry deslizando una posible visita de Golden State a Boston para disputar la Finales de la NBA.
A golpe de defensa, victorias, equipo y banquillo los Celtics se están ganando como mínimo el beneficio de la duda.