Necesitaban los Warriors una victoria así. En un comienzo de campaña que no está siendo menos que convulso a raíz de acumular demasiadas derrotas, anoche pudieron respirar aire fresco al pasar por encima de los Spurs por 132-95.
Fue un partido dominado de principio a fin por Golden State y que rompieron de manera definitiva entre el final del segundo cuarto y el principio del tercero. A dos minutos para el descanso ganaban por nueve puntos. Cuando se llevaban disputados dos y medio del tercer periodo, estaban 31 arriba… Sí, en cuatro minutos y medio endosaron un 22-0 a los de Texas. Game over.
Con poco más que contar a nivel de desarrollo del partido, la mejor noticia para Golden State –ahora con un balance de 6-8–, fue la fantástica actuación de Jordan Poole. El escolta, partiendo como titular en ausencia de Klay Thompson, se fue hasta los 36 puntos para lograr su mejor marca anotadora de la temporada y el 13º partido de su carrera con al menos 30 puntos.
«Jordan estuvo realmente sorprendente en la parcela ofensiva. Puso la maquinaria en marcha de inmediato», comenta Steve Kerr, head coach de los Warriors, sobre un jugador del que esperan mucho tras firmarle hace un mes una extensión de 140 millones de dólares.
Con el partido decidido, el técnico jefe de los Warriors decidió que era el momento idóneo para dar bastantes minutos a los menos habituales. Así, destacaron desde el banquillo los 17 puntos de Anthony Lamb y los 15 de Jonathan Kuminga. Stephen Curry se quedó en 16 con 27 minutos de juego.
San Antonio, en caída libre
Tras un comienzo de campaña sorprendente, los Spurs viven ahora un momento complicado que es alimentado además por las bajas por lesión que están sufriendo. Para ser exactos, han perdido seis de los últimos siete encuentros disputados y anoche ni siquiera pudieron competir por el triunfo.
Respecto al plano individual, Keldon Johnson fue el más destacado del equipo con 15 puntos, mientras que Keita bates-Diop y Jeremy Sochan lograron 12 tantos cada uno.
(Fotografía de Ezra Shaw/Getty Images)