Grayson Allen, genial francotirador ante los Bucks

Poco se habla de Memphis y menos todavía de Grayson Allen. Hoy se han ganado que parcheemos un poco ambas cosas gracias a su gran partido ante los Milwaukee Bucks que, junto con la derrota de los Warriors frente a Boston, los asienta en la octava plaza.

Los Bucks de Budenholzer presumen de un genial quinteto y una plantilla larga que cuenta con hombres como Tucker, Portis, Connaughton, Teague o Kurucs, algunos de estos recién llegados en el mercado invernal para dar empaque a un vestuario (ayer, inoperante total en su segunda unidad) que este año vuelve a ir a por todas y dejó clara su apuesta por el proyecto actual con la macro-renovación de Jrue Holiday. Sin embargo, anoche, una de las cenicientas de la liga más cargada de talento joven volvió a demostrar que avanza por la senda correcta y que no necesita de excusas (como la prolongada baja de Jaren Jackson Jr) en su progresiva e imparable maduración.

De Grayson Allen se han leído mil cosas, muchas de ellas poco agradables: que es un matón de pista, que no da la talla para esta liga, que destruye sin construir, que es robótico en sus movimientos… y como siempre, desde la NCAA y sin renegar jamás de su estilo agresivo y a veces bordeando al límite, el escolta vuelve a demostrar que tiene mucho que decir y dar, tanto al frente como atrás. Ante Milwaukee, el máximo artillero de su equipo con 26 puntos y 7 triples anotados de 10 intentos, fue él.

Y es que el ex de Duke, irregular no en su juego, pero sí en sus galones (lo mismo te hace 4 que 14 lanzamientos en una noche, ya que Taylor Jenkins no tiene muy definidos los distintos estatus en la ofensiva salvo el de Ja Morant como primera espada habitual), está teniendo su mejor mes en labores de ataque. Promedia 14,6 puntos en lo que va de abril por encima del 40% en tiros de larga distancia, y el coach le está dando más tiempo en pista que nunca, rozando ya la media hora y colocándolo de presunto alero, junto a Morant y Brooks como enlace con el interior.

Poder novato

No sólo Allen fue el artífice inesperado de la victoria de los Grizzlies sino que dos jugadores de banquillo, dos novatos que bajo el radar están cuajando un año rookie fenomenal, Xavier Tillman y Desmond Bane (menuda muñeca la del muchacho), se marcharon hasta los 15 y 16 puntos respectivamente para ser vitales en el feliz desenlace.

Empanadas las defensas de ambos conjuntos en el cuarto inicial, la de Memphis fue entrando en calor y empezó a generar apuros en los de Wisconsin con Antetokounmpo (28 puntos) logrando zafarse de los marcajes dobles y triples que su oponente cargaba sobre él. La pizarra zonal de Miwaukee permitía canastas fáciles de un quinteto, el de los Grizzlies, inspirado en su puntería, mientras que estos apostaban por el sello de la casa, el grit&grind, dando resultado y moviéndose en rentas que orbitaban los diez puntos.

Duro obstáculo en carretera

Cuando más quisieron despertar los Bucks fue cuando Allen ya había entrado en calor mientras Kyle Anderson no dejaba de repartir juego desde la botella aportando un extra de fluidez a todos sus ataques (otro partido más por encima de las 30 asistencias como conjunto) y no dando oportunidad a la remontada, provocando a la cuarta derrota consecutiva en casa, la peor racha como locales en la era Budenholzer como entrenador jefe de los Bucks.

«Sólo sé que tenemos chicos que son muy competitivos. Cuando sales a la carretera y las cosas se complican, todos los miembros del equipo suben el nivel y así somos capaces de luchar en cualquier escenario». Y de hecho tan así es, que los de Tennessee son mejor equipo este curso fuera de casa (16-10) que en feudo propio (13-16) esta temporada.

(Fotografía de portada de Stacy Revere/Getty Images)


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