El gran legado de Mike D’Antoni será siempre sus Suns de la pasada década. Con Steve Nash de director en la cancha, Phoenix revolucionó la NBA con un juego ofensivo alegre, siempre enfocado a anotar y con una exquisita distribución de juego. Equipos como los Warriors actuales perfeccionaron ese estilo hasta llevarlo a lo más alto de la liga, mientras D’Antoni sigue condenado a quedarse fuera de la lucha por el campeonato antes de tiempo. Su gran verdugo: Gregg Popovich.
Ya sea con Suns, Lakers o, este año, Rockets, Mike D’Antoni ha entrenado en playoffs en siete ocasiones. En cinco de ellas, fueron los Spurs el equipo que le envió de vacaciones. La derrota de Houston en casa ante San Antonio en el sexto partido de las semifinales del Oeste fue el nuevo capítulo de una rivalidad que, al menos en post-temporada, solo conoce un ganador. Por quinta vez consecutiva, Gregg Popovich ganó la batalla táctica.
Una rivalidad para la historia
El balance total en playoffs entre ambos es de 20-6 a favor de Popovich, igualando el récord de más victorias de un entrenador sobre otro, hasta ahora en solitaria posesión de Phil Jackson sobre Jerry Sloan. El hoy presidente de los Knicks ganó también cinco eliminatorias al histórico entrenador de los Jazz, dos veces al frente de los Bulls (Finales de 1997 y 1998) y tres con los Lakers (2008, 2009 y 2010).
Concretamente, Gregg Popovich eliminó a un equipo de Mike D’Antoni en las Finales del Oeste de 2005, las segunda ronda de 2007, la primera ronda de 2008 (todas contra Phoenix), la primera ronda de 2013 (con Lakers) y la segunda ronda de 2017 (con Houston). Para más prueba de dominio, en ninguna de estas series el equipo de D’Antoni fue capaz de forzar un séptimo partido.
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Su eliminación de esta temporada fue un buen ejemplo de la superioridad táctica de Popovich, incluso perdiendo por lesión a Tony Parker y Kawhi Leonard en el final de la serie. Su mejor administración de los minutos, con una rotación más larga pero efectiva, y una gran defensa sobre la creación de juego de los Rockets fueron las claves para su triunfo. El equipo de D’Antoni, demasiado dependiente del triple y de la inspiración de James Harden, quedó sin opciones cuando ambas armas no funcionaron.
Con ambos entrenadores bien entrados en el otoño de sus carreras (Popovich tiene 68 años, por 66 de D’Antoni), no es seguro que vaya a haber un sexto asalto, aunque no haya perspectiva de retirada inminente de ninguno de ellos. Poder tener una nueva oportunidad de venganza es la esperanza que queda para un Mike D’Antoni cuyo techo como técnico empieza a parecer inequivocamente definido por Gregg Popovich, todavía en la carrera para lograr su sexto anillo de campeón.