La serie ante los Nets fue sin duda la más dura para los Milwaukee Bucks en su camino al anillo. A pesar de las ausencias de Kyrie Irving y James Harden en distintos tramos de la eliminatoria, Kevin Durant sostuvo prácticamente en solitario a los suyos con un rendimiento excelso, dejando actuaciones memorables como sus 49 puntos del Game 5 y los 48 del Game 7, en el que se quedó a milímetros de firmar un game-winner para la historia. En su paso por el podcast de J.J. Redick, Jrue Holiday ha hablado acerca de aquella serie, haciendo mucho hincapié en lo difícil que fue medirse a un jugador tan en estado de gracia.
«Fue mentalmente agotador» aseguró. «Lo fue porque conseguía que tuviéramos la sensación de que estábamos haciendo todo lo posible para pararle pero aun así no lo consiguiéramos. Durant se mete en tu mente y tienes la sensación de que no va a parar de anotar».
Holiday no fue el defensor principal de Kevin, un rol que recayó sobre P.J. Tucker, aunque sí se ocupó de él durante varios minutos por partido mientras el ex de los Rockets descansaba en el banquillo. No obstante, la diferencia de altura hizo muy difícil esta labor para él, ya que la versatilidad del alero le permitió llevarle al poste bajo y aprovechar su superioridad física para sumar desde allí.
«Físicamente fue también extenuante. Creo que lo fue para todo el mundo. De hecho, se puede ver al propio Durant en el Game 7 y observar que estaba agotado. Terminó exhausto, pero es que los dos equipos lo dejamos todo sobre la cancha. Cuando terminó aquella serie sentí que teníamos que ganar el anillo sí o sí. Habíamos hecho demasiado».
KD promedió 35,4 puntos por partido en aquella eliminatoria con un 49,7% de acierto en tiros de campo. Holiday, por su parte, firmó una serie mucho más pobre a nivel ofensivo, aunque también destacó en momentos puntuales como su canasta ganadora en el tercer partido o dos triples clave en el último cuarto del séptimo.
(Fotografía de portada: Elsa/Getty Images)