Houston llamó a Gerald Green cuatro días antes de ‘su retirada’

La carrera de un jugador suele pasar por muchas etapas, aunque pocas veces por tantas como ha tenido en su camino Gerald Green.

El ahora jugador de Houston Rockets arribó a la NBA en 2005 con una espectacularidad pocas veces vista en la liga. Su físico, envidiable sin duda, le convertía en un jugador capaz de levantar al aficionado más somnoliento. Pero ahí quedó todo. A falta de una mentalidad que le ayudase a crecer, fue dando tumbos durante cuatro años, pasando por otros tantos equipos, antes de vivir dos temporadas en China y Rusia.

Regresó a Estados Unidos en 2011 de la mano de los Nets, pero siguió sin encontrar su sitio en la liga. Indiana, Miami, Phoenix y Boston le vieron jugar hasta llegar al verano de 2017. Sin contrato y con casi 32 años, debía ganarse un lugar. Parecía que lo conseguía en Milwaukee, pero los Bucks decidían dejar de contar con él durante el training camp. Fue un duro golpe para este chico que en su día llegó a la NBA sin pasar por la universidad; tanto que creyó que su carrera había terminado.

«Estaba contemplando la retirada. Mucha gente no sabe esto, pero yo estaba listo. Le dije a mi agente: ‘Mira, si cuando llegue el 1 de enero de 2018 no he firmado con nadie, haré una gran declaración en mi Instagram para que todos lo sepan. Daré las gracias por esta increíble carrera, pero he terminado. No voy a jugar más'», señala a AP ante una situación que dio un giro de 180 grados cuando menos lo esperaba.

Faltaban cuatro días para alcanzar la fecha que se había puesto como límite cuando el teléfono sonó. Eran los Rockets. El equipo de su ciudad natal lo quería. «El baloncesto era lo último en lo que estaba pensando hasta que recibí esa llamada. Fue algo así como… ‘¿Hablas en serio?'».

Y tanto que lo hacían. Estamos en mayo y el escolta es uno de los elementos indispensables en la rotación de Mike D’Antoni. Saliendo desde el banquillo se va hasta los 6,3 puntos y 3,5 rebotes en 14,7 minutos por noche.

Una gran acogida

Si hay algo que destaca Green de esta segunda etapa en Houston es el compañerismo que se respira en el vestuario. «Tan pronto como entré por la puerta sentí que todos me recibían con los brazos abiertos como si dijesen: ‘Te necesitamos. Vamos. Te estábamos esperando'». Y es que no siempre ha sido así. Según sus propias palabras, ha habido muchos momentos de rechazo en su carrera. «Me juzgan mucho. Tal vez sea por mi forma de hablar, por ser muy rápido diciendo cosas que tal vez la gente no entiende. No soy una persona guionizada… Pero en este equipo, desde el primer día, he podido decir cualquier locura y nunca me juzgaron por eso», explica feliz.


EXTRA NBAMANIACS

Nuestro trabajo en nbamaniacs es apoyado por lectores como tú. Conviértete en suscriptor para acceder a beneficios exclusivos: artículos especiales, newsletter, podcast, toda la web sin publicidad y una COMUNIDAD exclusiva en Discord para redactores y suscriptores.