Anoche los Rockets se impusieron por primera vez a los Warriors en su serie de Playoffs y colocaron el marcador en 2-1, aprovechando la ausencia de Stephen Curry. Sin embargo, ni una victoria en casa ante semejante equipo -con exhibición de James Harden- ha evitado que surja la polémica: ¿celebraron en el banquillo la canasta vital de su estrella a falta de dos segundos?
Cansado de habladurías, Dwight Howard ha querido mandar un mensaje claro ante los micrófonos. «(Los Warriors) son conocidos por meter canastas imposibles. Sé que lo de anoche se vendió como que el banquillo no estaba contento con la canasta de James. Creo que todos estábamos felices. Al mismo tiempo, estábamos más concentrados en pensar ‘no podemos permitir que este equipo vuelva a coger el balón y tire’. Pueden cogerla en mitad de la cancha y meterla. No puedes celebrar en una situación como esa», explicaba el pívot.
«Nadie estaba enfadado por lo de James. Estábamos todos concentrados. La temporada podría haber acabado ahí. Creo que se le ha dado demasiada importancia. Estábamos muy contentos por ganar el partido, pero estábamos algo molestos por ponernos en esa posición de tener que anotar en el último segundo para ganar cuando les habíamos superado claramente desde el inicio del partido».
Para Howard, que podría abandonar Houston en la próxima agencia libre, no hay más que añadir: «Para todos aquellos que dicen que no estábamos felices tras la canasta de James: callaos». El domingo llega el cuarto asalto, a las 21:30 —hora peninsular española—. Un partido en el que los Rockets intentarán empatar la serie antes de volver a Oakland y en el que buscarán acallar también las voces críticas que persiguen a un equipo que, con más o menos motivos, tiene tendencia a provocarlas.