Ibaka, sobre OKC: «Íbamos a ganar más de dos o tres anillos»

Lo realmente complicado y que edifica a un buen general manager NBA es juntar la mayor cantidad de talento al precio más ajustado posible. En otras palabras, buenos jugadores que no cobren salarios desorbitados, sino todo lo contrario. Pocos individuos y franquicias lo consiguen una vez en décadas, y mucho menos repiten dinastías siquiera en toda su historia. Los Oklahoma City Thunder consigueron la suya —aunque les faltó el anillo— con el más difícil todavía: lo hicieron todo vía Draft.

El equipo que presentaba la franquicia de OKC desde el año 2009 hasta el 2012 adelantaba éxitos futuros a kilómetros. Kevin Durant (Draft 2007 por Seattle Supersonics), Russell Westbrook y Serge Ibaka (2008, también con los Sonics) y James Harden (2009). Todo llegados desde el rito de iniciación post-colegial y por obra y gracia de Sam Presti, todavía GM de Thunder.

Solo unas Finales, perdidas ante los novelescos Miami Heat de LeBron James, fueron el botín final de una de las concentraciones jóvenes de mayor talento en la era contemporánea. Precisamente de lo que pudo ser y no llegó se expresó recientemente Serge Ibaka, ahora jugador de los Raptors.

«Teníamos mucha confianza. Como, ‘tío, somos muy jóvenes y vamos a ganar (un campeonato)’. Ganaremos un par de ellos. Más de dos o tres. Incluso después de perder las Finales contra Miami, nos dijimos a nosotros mismos: ‘tenemos tiempo. Todavía somos jóvenes y vamos a ser mejores año tras año», alegó Ibaka para el podcast de The Vertical.

Traspaso de Harden

Lo cierto es que aquellos Thunder pudieron ser uno de los conjuntos más aliados con el Larry O’Brien pero terminaron por no rellenar ni un solo hueco de su bisutería personal. El traspaso de James Harden a Houston fue el comienzo del fin. La certeza de Sam Presti de que el escolta se marchase a cambio de nada el siguiente verano dinamitó los Thunder de las cuatro jóvenes estrellas. OKC apostó por Ibaka —en parte, predicción lógica dado que el backcourt estaba suficientemente poblado— y la pasada temporada, cuatro años después, quemó la última munición de campeonato.

Un 4-3 en contra —después de ir ganando 3-1— en las Finales del Oeste ante Golden State fue un traspiés demasiado hosco para el proyecto. Kevin Durant se alistó en terceros menesteres y Oklahoma, previamente, también traspasó a Ibaka. Adiós a la dinastía que el límite presupuestario (anterior) no dejó crecer. Adiós a los Thunder de Durant, Westbrook, Harden e Ibaka.


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