Isaiah Thomas niega “mala sangre” entre él y Love

Sigue en el ojo del huracán Kevin Love. La decisión de Love de marcharse del pabellón el día que los Cavaliers fueron apaleados por los Thunder le fue reprochada después por varios jugadores en una reunión de vestuario en la que Isaiah Thomas fue de los más críticos.

Anoche, en el triunfo contra Indiana, Love tuvo un par de curiosos comportamientos, con Jeff Green, al que le lanzó la sudadera tras un tiempo muerto, y con el propio Thomas, a quien dejó la pelota agachándose, lo que pudo ser considerado como gesto de burla donde Love buscara avergonzar al base por su actitud en la citada reunió. Una teórica venganza en toda regla que Thomas se ha apresurado a negar.

Sin mala sangre

“No hay mala sangre entre él y yo”, apuntó Thomas a los medios este sábado, tras el encuentro contra Indiana.  “Me acerqué a él para tratar la situación de que se fue (del pabellón) como no debía haberlo hecho. Pero no es algo tan grande como se quiere hacer”. Thomas, amigo durante su infancia de Love,  quiso relajar posibles tensiones. “Nunca he sido esa clase de personas”, señaló el director de juego sobre entrar en grandes polémicas. “Borrad todo lo que sea falso, lo que se está escribiendo, porque no está nada bien”.

Exageraciones, según su punto de vista

La famosa reunión del vestuario de los Cavs, donde muchas de las miradas se centraron en Love, ha sido sobredimensionada a juicio de Thomas. “Se exageró todo un poco. Se hizo más de lo que realmente era. Pero supongo que estar en un equipo con LeBron James trae estas cosas. Cada día es un nuevo día y hemos sido todo lo positivos que podemos todo el ruido extra que llega del exterior”.

Paciencia para sentirse a tope

Thomas recibió algunos pitos de su afición contra Indiana, una muestra más de que le está costando habituarse a su nuevo destino, y más después de haber estado de baja más de medio año por la famosa lesión de cadera.

“Me va a tomar algo de tiempo. Estoy en una situación totalmente nueva. Estoy acostumbrado a tener la pelota en cada jugada. Estoy acostumbrado a hacer la mayoría de las jugadas. Así que tenemos que descubrir, el equipo y yo, cómo podemos usar las fortalezas de los demás y emplear eso como algo positivo. Y va a funcionar. No he entrado en pánico y no creo que nadie de este vestuario lo haya hecho”.


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