Jason Kidd firmó como head coach de Dallas Mavericks a finales de junio y desde entonces no ha parado de trabajar. A falta de entrenamientos o partidos a dirigir, el nuevo técnico de la organización de Texas ha optado por ir estrechando lazos con sus pupilos. Estuvo en la comitiva que viajó a Eslovenia para renovar a Luka Doncic, y más recientemente ha repetido viaje al este de Europa par hacer una visita de varios días a Kristaps Porzingis.
Pocas semanas después de cerrar su acuerdo con Dallas, Kidd ya alabó al jugador letón, a quien ve como pieza esencial del proyecto. Ahora, con la intención de conocer más de cerca a su jugador y sus orígenes, ha ido directamente a Letonia, donde ha conocido a la familia de Porzingis para regresar aún más convencido de que es la pieza indicada para jugar junto a Luka Doncic.
“Quería ver dónde vivía y cuál era su hogar. Es un hermoso lugar. Siempre hablamos de lo importante que es la familia y a veces necesitamos mostrar esa factor de cuidar de los demás. Es algo que me importa y quería que él supiese que me importa», comenta a Brad Townsend de Dallas Morning News antes de explicar cómo lo ha visto.
«Sé que está sano. Sé que está emocionado. Luego simplemente quería hablar con él sobre cosas relacionadas con el baloncesto y otras de factores fuera de la cancha. Siempre hablamos de baloncesto, pero quería ver dónde está cuando se aleja de la cancha. Está en un gran lugar», sentencia.
Un año más, y aunque suene a mensaje manido, las miradas se ciñen sobre Porzingis. Nadie duda de sus capacidades para jugar al baloncesto (el curso pasado fueron 20,1 puntos y 8,9 rebotes en 30,9 minutos por noche), pero sí de que sea el elemento que necesita Doncic a su lado. Salvo que llegue un giro inesperado de guión, la campaña 2021-22 será una nueva oportunidad para que lo demuestre.
(Fotografía de Cooper Neill/Getty Images for BIG3)