Los Boston Celtics han golpeado primero en las Finales de la NBA tras sumar la victoria en el partido inaugural. Un triunfo con un premio añadido pues logran así arrebatar el factor cancha a unos Golden State Warriors que, hasta este jueves, no habían tropezado en casa en todos los playoffs.
El equipo dirigido por Steve Kerr pareció dejar encaminado el encuentro a través de uno de sus habituales arreones tras el descanso, que se saldó con un parcial de 38-24 en el tercer cuarto y una ventaja que llegó a ascender hasta los quince puntos. Sin embargo, los Celtics se recuperaron magistralmente con un histórico último cuarto en el que pasaron por encima de su rival (40-16).
Uno de los grandes protagonistas de la hazaña, Jaylen Brown, reconoció tras el encuentro que esperaban que los Warriors salieran en tromba en el tercer cuarto. Así, plantearon la segunda mitad con paciencia, sabiendo que tendrían la oportunidad de devolver el golpe si eran fieles a su propio estilo.
«Hablamos de ello en el descanso», afirmó Brown. «Sabíamos que iban a salir con todo en el tercer cuarto. Y lo hicieron. Jugaron genial. En esos momentos en los que te das cuenta que permitiste que el rival hiciera jugadas que no querías, puedes afrontarlo de dos maneras: dejar que se convierta en una bola de nieve o borrar eso de tu mente y centrarte en la siguiente jugada. Simplemente seguimos jugando y lo resolvimos. Seguimos jugando y encontramos la manera de ganar.»
Así, Boston desarmó a un rival visiblemente superado desde la defensa y el tiro exterior. Un cuarto en el que finiquitaron a Golden State con un parcial de 17-0 en cinco minutos. El propio Brown aportaría diez de sus 24 puntos en dicho periodo, ofreciendo en bandeja, de este modo, el primer triunfo de los Ime Udoka.
(Fotografía de portada de Ezra Shaw/Getty Images)