Jerry Reinsdorf y Krause tildaron de «imposible» volver a juntar a los Bulls campeones de 1998

Un extracto de las memorias nunca publicadas del fallecido general manager aportan un poco de luz sobre la visión de los hechos de la directiva; la que no aparece en The Last Dance

Resultó una de las cuestiones dominantes en el final de The Last Dance. Michael Jordan insistía en que hubiera sido posible y abogaba por el regreso de todas las piezas de los Chicago Bulls tras el sexto anillo. Quería que toda la cuadrilla volviera a comprometerse y que intentaran, juntos, levantar un séptimo entorchado. Sin embargo —seguía MJ con su versión— tanto Jerry Reinsdorf, propietario, como Jerry Krause, general manager, no abogaron por tal posibilidad.

Esta cuestión resulta muy importante en el documental. Jordan aseguraba que nunca supo ni habló cuerpo a cuerpo con Reinsdorf del porqué de no volver a intentarlo en 1999. Simplemente, alegó que el equipo campeón se desintegró con la caída de las primeas piezas.

Reinsdorf pudo compartir de manera reciente una visión diferente de la disolución del grupo. «Mi única objeción (sobre el documental) es que daba la impresión de que había una manera de mantener el equipo unido después del sexto título, lo cual no era posible. Aun si lo hubiéramos mantenido unido, no hubiéramos ganado. Si de verdad viste el último show con objetividad, habrías visto que ganamos de milagro. Fuimos de milagro toda la temporada», comentaba y se hizo eco Darnell Maiberry, de The Athletic.

«Tuvimos suerte de ganar a Indiana. Y también de hacerlo con Utah. Michael tuvo que ir absolutamente hasta la extenuación. Scottie Pippen tuvo una lesión en la espalda por la que tuvo que pasar por el quirófano. Y Dennis Rodman había llegado al punto donde nadie podía soportar tenerle cerca», seguía el aún propietario, de 84 años.

«No hubiéramos podido mantener el equipo unido. Incluso si lo hubiéramos hecho, sus habilidades se hubieran debilitado. Así que mi única objeción (al documental) es que debería haber dado un impresión más clara de que todo había terminado, de que era la hora de que se acabara».

Como podemos leer, existe un agrietado conflicto de versiones entre lo que Jordan entendió como final de la dinastía y lo que percibieron desde el despacho oval de los Chicago Bulls. MJ decía que podían haber vuelto un año más, pero Reinsdordf y Krause analizaron la situación mucho más allá.

Memorias de Krause

De hecho, el portal NBC Sports rescató hace unos días un extracto de las memorias no terminadas —ni publicadas— de Jerry Krause, fallecido en 2017.

En ellas el directivo explicaba por qué resultaba imposible sufragar los costes y esfuerzos de una vuelta de todos los miembros de la plantilla de campeones. La familia de Krause se preocupó de rescatar esta versión olvidada de los hechos al hilo del lanzamiento de The Last Dance.

«¿Rompimos el equipo para satisfacer nuestro propio ego y ganar sin aquellos jugadores y técnicos? ¿De verdad creen que la gente que trabajó tantos años para ganar y después ganó una y otra vez sería tan tonta para dejar que los egos se entrometieran en ganar de nuevo? En el camino al campeonato de 1998, habíamos sufrido diferentes golpes. La edad que ya iba haciendo mella en Dennis Rodman, la escasez de movimientos por parte de Luc Longley, el bajón en eficiencia después de jugar más de 100 partidos en dos de los tres años anteriores; eran cosas no tan evidentes. Para la gente y la prensa, teníamos a Michael Jordan y él podía superar cualquier cosa. Podría jugar sin un pívot, sin un ala-pívot en un equipo limitado, sin apenas flexibilidad y aun así ganar él solo. O Scottie Pippen, que había tenido dos operaciones en los dos años anteriores, podría haberse levantado para la ocasión y ganar con Michael y un entorno en declive.

El público no lo sabía pero Phil Jakcson no quería entrenar un equipo en reconstrucción.

Nos reunimos a principios de julio de 1998 Jerry Reinsdorf, yo mismo, Jim Stack (general manager asistente), Al Vermeil, los médicos y cirujanos del equipo, Irwin Mandel (VP de finanzas) y Karen Stack (GM asistente). Vermeil sabía mejor que nadie la condición del física de los jugadores. Pedimos un informe escrito al técnico asistente Chip Shcaefer sobre la salud de nuestros jugadores.

La primera pregunta que hice fue cuánto creían que podríamos seguir jugando con Luc Longley, que iba a ser agente libre, quien había tenido problemas en los tobillos durante los últimos años. Los médicos pensaron que se rompería muy pronto.

«Siguiente pregunta: ¿qué hay de Rodman? Todos en la sala estaban preocupados por sus vaivenes fuera de la pista, que estaba jugando con fuego al final de la temporada.

Sin pívot, sin ala-pívot, con poco espacio salarial para firmar algún reemplazo. ¿Quién defiende la zona si Jordan y Pippen vuelven? ¿Quién rebotea?

Vamos con Pippen. Tuvo dos cirugías mayores en dos años, una pasado el verano para, a propósito, desoír nuestras instrucciones de hacerlo antes y no perderse parte de la temporada. Él quería un contrato de superestrella. ¿Vale la pena el riesgo, especialmente si no podemos encontrar un pívot y ala-pívot y si Michael y él tienen que adaptarse a un nuevo entrenador? Lo dudo mucho.

¿Puede Michael seguir con su grandeza sin un pívot, ala-pívot y, seguramente, sin Pippen? ¿Podría Bill Russell, el mejor jugador de equipo, haber ganador sin grandes compañeros alrededor? No. Michael había dicho que no jugaría para otro entrenador y Phil dijo que se iba. ¿Qué hubiera hecho Michael?

Los jugadores de rol importantes como Steve Kerr o Jud Buechler serían agentes libres que obtendrían más dinero de otros equipos del que podríamos darles con nuestro margen salarial.

¿Podríamos haber puesto a Phil (Jackson) a entrenar sin un buen pívot, ala-pívot, posiblemente sin Pippen, con un nuevo banquillo y solo con la expectativa de ‘in Michael we trust’, sin ayuda de ningún tipo? Ni de broma.

Pónganse en nuestra piel. ¿Qué hubieran hecho? ¿Nosotros rompimos una dinastía o la dinastía empezó a hacerse mayor, a notar el desgaste natural de los jugadores con poco tiempo para recuperarse y de las reglas del margen salarial que rigen la Liga?

Lo que sí hicimos fue asegurarnos de que ninguna información saldría de esa reunión para no dañar las opciones de los jugadores de obtener contratos de calidad. Phoenix le dio a Longley seguridad con cinco años y muchos dólares. Tres años después, Longley se retiraba en su país.

Rodman jugó 35 partidos más, nunca pudo volver a su antigua forma. Michael se cortó un dedo (con un cortapuros) que le habría impedido jugar toda la temporada. Para su crédito, podría habernos exigido un gran contrato. Pero fue honesto y estábamos bien informados sobre la condición de su mano. No quería jugar en un equipo en reconstrucción.

En enero, cuando la Liga estaba a punto de reanudarse, los agentes de Pippen nos pidieron que le hiciéramos un favor a Scottie. Al hacer el sign and trade con Houston, Scottie pudo obtener más de 20 millones más de lo que podría haber firmado aquí. Llamé a Stever y Jud y les dije la situación; que tenían que apostar por su primer buen contrato porque no íbamos a ir a por ellos. Lo merecían.

Esa es toda la verdad sobre esto«.

(Fotografía de portada: Getty Images)


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