El lunes, los Nets conseguían una milagrosa victoria ante Charlotte con una canasta sobre la bocina de Randy Foye. Dos días después, vivieron la misma situación desde el lado triste. Jimmy Butler decidió un ajustado duelo entre Chicago y Brooklyn con un soberbio tiro desde media distancia sin tiempo para más, dejando el 101-99 final para los Bulls y cerrando una gran noche a nivel individual.
Más decisivo que nunca
Butler, quien había dado el susto con una torcedura de tobillo celebró su primera canasta ganadora sobre la bocina de su carrera NBA para rematar una noche perfecta. El alero terminó con 40 puntos, 11 rebotes, 4 asistencias y 4 robos de balón, liderando a Chicago frente a unos Nets mucho más peleones de lo que los Bulls esperaban.
Chicago, más allá de Butler, no tuvo un buen día. Dwyane Wade terminó con 16 puntos en 22 minutos, pero no pudo acabar el partido por culpa de una migraña (problema recurrente en sus años de Miami). Solo Robin Lopez (12 puntos) pasó de la decena, y el banquillo no marcó diferencias ante la inexperta y limitada segunda unidad de su rival.
Batalla de gemelos
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Pese a la baja de Jeremy Lin, cuyos problemas musculares volvieron a agravarse, mantenía mantuvo la competividad bajo la dirección de Sean Kilpatrick (18 puntos y 6 asistencias) y con un Brook Lopez espléndido dentro y fuera de la pintura. Enfrentado a su hermano gemelo Robin Lopez, el pívot de los Nets terminó con 33 puntos (12/20 y 5 triples, récord personal), incluyendo el matazo que mantuvo con vida a Brooklyn hasta la última posesión.
Pero la canasta de Butler rompía el hechizo de los Nets y la posibilidad de lograr una segunda victoria consecutiva para alejarse del pozo de la liga. Chicago, por su parte, conservaba su puesto de Playoffs en el igualadísimo Este con un balance de 16-16. Por supuesto, confirmando que estos Bulls siguen siendo hoy por hoy el equipo de Jimmy Butler.