El principal culebrón de la temporada en la NBA finalizó coincidiendo con el cierre de mercado mediante el traspaso de Ben Simmons a los Brooklyn Nets. No obstante, las reminiscencias del clima de tensión que hubo en Philly se prolongarán durante un tiempo.
El punto de inflexión en el deterioro de las relaciones entre franquicia y jugador se produjo tras la eliminación de los 76ers a manos de los Atlanta Hawks en Semifinales de Conferencia de los pasados playoffs, momento en el que unas declaraciones de Joel Embiid y Doc Rivers incendiaron el escenario. Poco después, Simmons solicitaría su traspaso a la gerencia y el resto de la historia es conocida por todos.
No obstante, Embiid señaló en una reciente entrevista con la periodista de ESPN, Malika Andrews, que trató por todos los medios de reconducir la relación con Simmons y devolver, así, las aguas a su cauce. «Intenté muchas veces recuperarle y traté que se sintiera cómodo nuevamente. Fue difícil. Finalmente dejó de importarme», declaró el center.
En efecto, la paciencia del camerunés habría llegado a su final ante la negativa rotunda de Simmons de volver a vestir la camiseta de los 76ers. Algo que quedó patente en recientes declaraciones como aquellas en las que mostró su alegría por dejar atrás el tema u otras en las que sugirió que no necesitaban la producción de Ben.
En la misma entrevista, Embiid afirmó que no ha hablado con Simmons desde dos semanas antes del cierre de mercado. A pesar de esta agria separación, el pívot agregó que Simmons «es un gran jugador» que «llevará a Brooklyn a otro nivel.»
(Fotografía de portada de Kevin C. Cox/Getty Images)