Joel Embiid es ahora el jugador de moda, pero hasta hace solo cinco meses no era más que un chico al que una lesión parecía haber puesto punto y final a su carrera NBA. Así fue y así lo sintió él mismo, quien a día de hoy —convertido en jugador franquicia de 76ers— admite que por momentos se le pasó por la cabeza retirarse.
«Me encontraba en un lugar tan oscuro… Quería dejar el baloncesto. Solo quería volver a casa y dejar todo atrás», expresa en declaraciones a ESPN Radio antes de remarcar que fue la segunda lesión la que hizo añicos su moral.
«Ese pensamiento llegó justo después de mi segunda cirugía. Simplemente sentía que no podía hacerlo más. Solo quería dejarlo», admite a raíz de una segunda fractura en el mismo sitio que le obligó a pasar dos temporadas consecutivas sin debutar.
Un futuro dominador
Por suerte ese mal momento pasó y ahora, pese a un contratiempo en la rodilla, ha demostrado que puede ser uno de los jugadores más dominantes de la próxima década. Sus números no engañan. Este chico formado en Kansas promedia 20,2 puntos, 7,8 rebotes, 2,1 asistencias y 2,5 tapones en tan solo 25,4 minutos por noche.