En abril de 2021, John Wall y los Rockets decidían parar el resto de la temporada para que el base se recuperase de sus problemas musculares. Sin embargo, lo que no sabía el ex de Wizards era que en aquel entonces ya había disputado su último partido en Houston. De cara a la siguiente temporada, la 21-22, la franquicia comunicó que habían llegado a un acuerdo con Wall para que este no jugase mientras buscaban posibles traspasos. Estos no llegaron y al jugador le tocó fingir lo del «mutuo acuerdo» una temporada entera. «Me cabreó mucho, yo quería jugar al baloncesto» le cuenta a Sam Amick para The Athletic.
A pesar de no mostrar su mejor versión, el base mejoraba la competitividad del equipo demasiado para los intereses de Rafael Stone. Esto, unido a la excusa de apostar por el joven backcourt que formaban Green y Porter Jr. sembró el caldo de cultivo perfecto para una treta antes vista con Al Horford en Oklahoma. Lo que no iban a hacer era acordar la rescisión de los dos años de y 90 millones restantes de contrato. Por aquel entonces el jugador aún enfrentaba las duras consecuencias mentales de su larga ausencia, su marcha de Washington y la muerte de su madre.
El base explica que, durante la charla con Silas y Stone que cerró su campaña 20-21, parecía claro que el equipo contaba con él y que iba a tratar de ganar partidos de esta forma. Lo cual no se acabó cumpliendo, para desdicha de Wall. «Pensaba que jugaría el mismo papel que el año anterior. […] Pero cojo el mensaje si eliges a un chico en el número uno o dos del draft y es un base. No estoy cabreado con eso, aunque pienso que merecía jugar». Wall admite que desde el primer momento intentó negociar su corte, pero que nunca llegó a ser una posibilidad real hasta este pasado verano.
(Fotografía de portada de Tim Nwachukwu/Getty Images)