LaVar Ball, progenitor de la emergente estrella de Lakers, Lonzo Ball, insiste en no recordar el aura real que persigue a Michael Jordan desde tiempo antes de que el legendario escolta abandonase la NBA. LaVar, siempre con la osadía bajo la lengua, persistió en muchos de sus comentarios de últimos meses en que podría ganar a M.J. en un uno contra uno. Más que eso, LaVar insinuó en USA Today que «aniquilaría» al «mejor Jordan».
Estos comentarios fueron escupidos en enero, y desde entonces su alteza aérea se había mantenido al margen de la ciertamente absurda provocación —absurda porque LaVar ni siquiera fuera profesional o tuviese un papel muy residual en el baloncesto universitario—. Hasta esta semana, cuando MJ decidió responder a los cuchillos de Ball.
«Promedió 2,2 puntos por partido en la universidad, ¿cierto? No merece una respuesta, pero te la daré porque me has hecho la pregunta: no creo que pudiera ganarme aunque yo tuviera solo una pierna», se limitó a decir Jordan, ante la pregunta de un aficionado, sobre su hipotético contrincante en un acto de su campus deportivo, en Santa Bárbara (California).
Palabras para Lonzo
Más allá de la alusión a su irreal enfrentamiento, Jordan sí tuvo la clase de admitir que Lonzo —el Ball que realmente debe importar— tiene un gran futuro. «Cualquier padre está orgulloso de sus hijos. No desapruebo eso. Creo que Lonzo es realmente bueno. Tiene potencial para ser un buen jugador… Si me sentase con LaVar a hablar ahora mismo… le diría que se calle y simplemente deje jugar a los chicos», añadió MJ.
Por dar un poco más de contexto a las cruzadas léxicas de LaVar, hace pocos días el padre de Lonzo declaró que «mi hijo LaMelo y yo podríamos ganar a LeBron, a Jordan, ¡a cualquiera!». Arma de marketing o no, la NBA tiene ciertas fronteras que nunca deben mancillarse.