Jordan Poole es un jugador especial. Cuando en 2022 los Warriors se llevaron el anillo nadie dudaba de su importancia en tal logro; es más, se clamó por una renovación que acabó llegando con un enorme contrato de cuatro años y 140 millones de dólares. Pues bien, tales números se terminaron convirtiendo en una losa cuando los tiros dejaron de entrar y las derrotas empezaron a ser una constante por Golden State. Además, su enfrentamiento con Draymond Green tampoco ayudó lo más mínimo, tal y como admitieron en la propia organización de San Francisco.
Con tal escenario, no fue una sorpresa que en el equipo optasen este verano por traspasarle en el acuerdo por el que terminó llegando Chris Paul. Entendían que Poole no tenía más recorrido y, escuchándolo, parece que estaba plenamente conforme con tal determinación.
«Estoy jugando al más alto nivel al deporte que amo, mi familia está protegida y mi legado también tras haber conseguido el anillo. Esta es probablemente la primera vez en mi vida que jugaré al baloncesto sin presión. Así es como lo estoy viendo. Es una muy buena oportunidad. Realmente una gran oportunidad», comenta a Logan Murdock de The Ringer sobre su nuevo presente en Washington Wizards.
Lo cierto es que no sorprende su satisfacción. Más allá de las críticas recibidas en muchas ocasiones, ahora no solo está cubierto a nivel económico, sino que jugará para un equipo en el que podrá mostrar todas sus cualidades sin freno alguno. Puede que no dé un salto enorme –o sí–, pero llegar con la mente despejada es sin duda un punto a favor.
(Fotografía de Patrick Smith/Getty Images)