La jornada de Navidad terminó de manera accidentada para Kawhi Leonard. El alero tuvo que abandonar el choque ante los Nuggets después de recibir un codazo de Serge Ibaka en la boca, golpe que obligó a detener el partido y le hizo comenzar a sangrar de forma más que ostensible. El alero se vio obligado a poner rumbo a vestuarios con algo más de seis minutos por jugarse, lo cual no impidió que los suyos cerraran el duelo de forma cómoda y se impusiesen por 108-121.
El incidente tuvo lugar en el último cuarto, cuando, tras un tiro fallado por Beverley, Ibaka saltó tratando de hacerse con el rebote ofensivo. El pívot estaba situado cerca de Kawhi, y al alzar el brazo en su intento de alcanzar el balón, impactó con la mandíbula del alero y le hizo caer al suelo de forma casi inmediata. No obstante, pese al susto inicial que generaron el derribo y el sangrado, Leonard pudo marcharse por su propio pie de la pista, y todo apunta a que el incidente no tendrá consecuencias graves.
«Ni siquiera vi que pasó» aseguró Tyronn Lue al terminar el partido mientras el jugador era examinado. «Pero estará bien. Se ha levantado y ha abandonado la pista por su cuenta sin problemas, así que se encuentra bien».
Ya en vestuarios, Kawhi recibió ocho puntos de sutura en la boca, y se descartaron posibles lesiones en la mandíbula que habrían complicado la situación. Es posible que los Clippers decidan darle descanso en el partido del domingo frente a Dallas de cara a evitar que un nuevo golpe en la zona reabra la herida, pero en cualquier todo apunta a que el alero estará de vuelta muy pronto, lo cual, en vista del impacto inicial de la acción, no puede sino considerarse una gran noticia.
(Fotografía de portada: Matthew Stockman/Getty Images)