A sus 32 años de edad, hay muchos aficionados que dan prácticamente por acabada la carrera de Kemba Walker. Al menos en lo que se refiere al más alto nivel competitivo. El cuatro veces All-Star llegó a asentarse como uno de los mejores basas de la NBA cuando militaba en Charlotte Hornets, pero sus problemas de rodillas han dinamitado su carrera en apenas un par de años.
Esta cuesta abajo ha alcanzado su punto cumbre esta temporada, en la que Walker solo ha disputado nueve partidos. Los Dallas Mavericks lo firmaron a finales de noviembre pero sería cortado el 6 de enero antes de que su salario estuviera completamente garantizado. El base ha estado sin equipo desde entonces y es elegible para jugar los playoffs si alguna franquicia lo firma antes de que finalice la regular season.
Kemba ha afrontado este periodo de asueto con filosofía. El veterano ha afirmado que todavía le queda combustible en el tanque aunque no le quita el sueño volver a jugar, pues está empleando estos meses en cuidar y trabajar su cuerpo. «Realmente no tengo prisa», afirmó Walker, según recoge una pieza del medio The Athletic. «En realidad estoy tratando de aprovechar este tiempo. Ha pasado mucho desde la última vez que tuve tanto tiempo para trabajar en mí mismo, en mi cuerpo. Así que no estoy desanimado en absoluto. Honestamente, prefiero esperar y tratar de estar listo para el próximo asalto.»
Walker promedió 8,0 puntos y 2,1 asistencias en 16 minutos durante su breve estancia en Dallas. Sin embargo, sus constantes problemas de rodillas han limitado su explosividad y también lo convirtieron en una debilidad defensiva, lo que dificultó a Jason Kidd el mantenerlo en la cancha.
«Dijeron que querían jugar con los jóvenes. Eso fue todo», explicó Walker sobre su estancia con los Mavericks. «Querían apostar por lo jóvenes, lo cual respeto. Estaba feliz con tener la oportunidad de salir, estar en Dallas, jugar con Luka [Doncic] y conocerlo en persona. Después de jugar con Jayson [Tatum], he jugado con dos de los mejores jugadores jóvenes del momento. Así que fue una gran experiencia.»
Así, el base continuará ejercitándose en su casa en Charlotte mientras espera su próxima oportunidad en la liga. «Me encanta el baloncesto. Todavía no estoy listo para dejar de jugar. Iré donde me lleve el viento.»
(Fotografía de portada de David Berding/Getty Images)