Kemba Walker regresó por todo lo alto de su lesión en el cuello para registrar un ‘season-high’ de 39 puntos y liderar la victoria de los Celtics ante Brooklyn por un resultado de 121-110. Los locales se sobrepusieron a los 21 triples de los Nets en una segunda mitad en la que dominaron el rebote y mostraron su mejor versión en defensa.
Los de Brad Stevens aplicaron un juego mucho más equilibrado desde el primer minuto. Jaylen Brown impulsó la ofensiva local con ocho puntos, mientras Daniel Theis se prodigaba en un bonito duelo interior con Jarrett Allen –17 puntos y 14 rebotes–. Un parcial de 11-2 en un lapso de 90 segundos revertía la situación gracias a varios chispazos de Garrett Temple –22 puntos– y David Nbawa. Los Nets aprovecharon la falta de producción defensiva de Enes Kantar para ajusticiar la zona y el juego en transición creaba problemas en la retaguardia rival. Pero la mejora real vino desde el perímetro. Después de firmar un errático dos de 11 en el primer cuarto, los neoyorquinos asaltaron la banca en el segundo con diez triples para irse por delante al descanso.
El impresionante esfuerzo de Kemba Walker se intensificó en un tercer cuarto en el que se mostró intratable. Mientras los de Kenny Atkinson mantenían su volumen de tiros desde el perímetro –acabaron el encuentro con 56 intentos de tres puntos– el base sustentaba a los Celtics con 13 puntos. El rebote ofensivo –19 capturas en total– fue el segundo pilar fundamental para sumar tras segunda oportunidad y retomar el dominio del marcador.
Con el control del partido bajo llave, los Celtics extendieron su liderazgo a principios del último cuarto gracias a la inspiración de Wanamaker y una defensa que aplicó una marcha más para asfixiar a unos Nets que comenzaron a recopilar errores. Sin embargo, los visitantes se negaron a tirar la toalla y un último impulso los mantuvo en la lucha hasta los últimos minutos. Nuevamente, irrumpiría Kemba Walker para cortar la remontada y cerrar la duodécima victoria de la temporada para los Celtics.
El TD Garden se acordó de Kyrie Irving
Será necesario más tiempo para cerrar las heridas. Las luces se atenuaron, el vídeo de presentación de los jugadores irrumpió en el Jumbotrón y entonces comenzaron los gritos. Los cánticos eran fuertes, los abucheos implacables y abundaban las señales en contra de Kyrie Irving.
El base se encontraba a varios cientos de kilómetros de allí, pero eso no evitó que los aficionados de los Celtics extrapolaran su malestar al resto de jugadores de la plantilla de los Nets. Puntualmente se mezclaban los cánticos «¿Dónde está Kyrie Irving?» o «¡Kyrie Irving apesta!», tanto antes del inicio del encuentro como durante varias posesiones protagonizadas por los visitantes.
«Fue mejor de lo que pensaba», declararía tras el partido Jarrett Allen. «Podrían habernos abucheado cada vez que tocábamos la pelota. Si Kyrie estuviera aquí hubiera sido diez veces peor.»
En el otoño de 2018, Irving declaró ante un pabellón repleto de aficionados de los Celtics que tenía la intención de volver a firmar con Boston durante la agencia libre de 2019. En cambio, terminaría en los Nets junto a Kevin Durant y DeAndre Jordan después de protagonizar un paulatino deterioro en las relaciones internas que rompería con la propia química del vestuario. «Fallé a esos muchachos», afirmaría Irving en unas declaraciones el pasado mes de septiembre. «En términos de ser un líder y unir al equipo, fracasé.»
Parece que, al menos, la organización de los Celtics ha perdonado en gran medida a Irving. Si hubieran retenido al seis veces All-Star, Boston no habría fichado a Kemba Walker, quien rápidamente se ha convertido en uno de los grandes favoritos de la marea verde y de los actores principales del gran inicio de temporada Celtic.
(Fotografía de portada de Maddie Meyer/Getty Images)