Cinco años después, Kevin Durant regresaba a unas Finales NBA con mucho en juego. Abandonar Oklahoma City, la franquicia en la que había pasado toda su carrera profesional, le dio una oportunidad de jugar las Finales, pero a la vez de quedar como un villano fracasado que sin saltar a los Warriors no se traducía en éxito. Por lo visto en su primer partido en Finales desde el ya lejano 2012, la decisión fue plenamente acertada.
Memorable KD
Durant firmó uno de los partidos más memorables de su carrera frente a Cleveland. Tener delante a LeBron James, su verdugo en 2012 entonces con Miami, no fue un problema. 38 puntos (con un 14/26 en tiros de campo), 8 rebotes, 8 asistencias y 0 pérdidas. Fue la segunda máxima anotación de un jugador en Finales sin registrar un solo balón perdido, solo por detrás de Shaquille O’Neal (41 puntos) en 2000. Eso sí, Shaq solo repartió entonces 1 asistencia ante Indiana. Muy lejos de las 8 de Durant.
KD treated Game 1 like his own personal dunk contest ?? pic.twitter.com/vPg8prSZ10
— Bleacher Report (@BleacherReport) June 2, 2017
Su dominio ofensivo fue devastador, especialmente en una primera mitad para el recuerdo. Durant abusó de la defensa de Cleveland con 23 puntos en menos de 20 minutos, incluyendo 6 mates, además de aportar 6 asistencias. Su capacidad para superar a su defensor, especialmente a LeBron James, y marcharse por velocidad al aro fue letal. Mientras los Cavaliers evitaban a toda costa que Golden State desarrollara su armamento exterior, Kevin Durant atacaba las entrañas de su rival en la zona restringida.
Un anotador para las grandes ocasiones
Su exhibición, eso sí, no debería sorprender. Pese a salir perdedor de sus primeras Finales cinco años atrás, Durant no decepcionó a nadie. Entonces, con 23 años de edad, el alero promedió 30,6 puntos con un 54,8% en tiros de campo. Su regularidad anotadora le ha llevado a convertirse en el cuarto jugador de la historia que anota al menos 25 puntos en sus seis primeros partidos de Finales. Algo solo al alcance de tres leyendas: Rick Barry, Michael Jordan y Shaquille O’Neal.
Por supuesto, todo fue más fácil acompañado de los 28 puntos de Stephen Curry, de una exquisita circulación de balón de equipo (solo 4 pérdidas totales de Golden State) y de una defensa que ahogó las opciones de remontada de los Cavs. Pero Kevin Durant marcó el camino, desde su concurso particular de mates en la primera mitad hasta sus apariciones desde fuera del arco de la segunda. Hay 7 All-Stars actuales en estas Finales, y solo uno de ellos no tiene anillo de campeón. Si quedaba duda de quién ha llegado con más hambre a esta eliminatoria, KD se encargó de disiparlas.