Kay Thompson se encuentra sumergido de lleno en el proceso de rehabilitación del desgarro del ligamento cruzado anterior que sufrió durante el Game 6 de las pasadas Finales de la NBA ante los Raptors. Desde un punto de vista psicológico, se trata de un verano extraño y complicado para el escolta, teniendo que afrontar una situación que ningún deportista quiere pasar jamás y con la vista en un horizonte algo más abstracto que de costumbre para unos Warriors que tendrán que aprender a vivir sin él. Al menos una temporada larga.
Precisamente de ese tema habló Thompson en LA Times. El excelso tirador de Golden State está esforzándose como nunca en su recuperación, intentando que las fases de dicho proceso sean efectivas, pero lo más cortas posibles. Ni él ni el cuerpo médico de los Warriors van a forzar por tenerle antes de lo previsto en cancha; e incluso no se descarta, tal y como ha recalcado Thompshot, que las fechas que se manejaban para su vuelta, allá por el parón de febrero por el All-Star, tengan que empujarse un poco más en el calendario.
«Me encuentro bien, realmente bien. Y voy a volver al 110%», relató el jugador. «Mi meta [es volver para el All-Star], pero sinceramente dudo de que pueda hacerlo. Sí que quiero volver en esta temporada».
Plenamente conscientes de esta circunstancia, unido todo a la mediática marcha de Kevin Durant a los Nets, los Warriors han obrado con diligencia al contratar a D’Angelo Russell. Aunque desde muchas partes se dude de la conveniencia táctica de haber contratado a DLo, lo cierto es que la baja de Thompson durante la temporada regular puede rozar los cuatros meses. Mucho tiempo para estar compitiendo sin uno de tus pilares esenciales, tanto en la ofensiva como en la defensiva, por lo que el papel de Russell se antoja esencial para continuar empujando a la hora de mantener a Golden State como una de las franquicias favoritas para hacerse con el anillo.
(Fotografía de portada de Thearon W. Henderson/Getty Images).