Los contratiempos se acumulan en Oakland. A la baja de Stephen Curry se suma ahora la del otro splash brother, Klay Thompson, quien en el partido disputado ante Minnesota Timberwolves sufrió la fractura de su pulgar derecho.
Según adelantaba Shams Charania de Yahoo! Sports, los Warriors tienen planeado volver a evaluar el estado de su jugador el próximo jueves 22 de marzo, momento en el que se conocerá con mayor exactitud hasta qué punto se alarga su ausencia. Por ahora todo apunta a que la lesión no reviste demasiada gravedad, ya que fuentes conocedoras de la situación estiman que la reaparición del escolta se dará antes de que concluya el presente mes.
Lo único seguro es que Thompson no estará en los cuatro próximos encuentros de Golden State, lo que supone un nuevo freno de cara a pelear el primer puesto del Oeste con Houston Rockets, equipo que les aventaja en dos partidos.
Otra de las consecuencias del percance es que Kevin Durant deberá multiplicarse más de lo que ya lo estaba haciendo. No está Curry, no está Thompson y tanto Draymond Green como David West lleva tiempo jugando con molestias. Andre Iguodala por su parte apunta a volver pronto tras sufrir una lesión de muñeca.
Situación desconocida
Thompson se ha mostrado en las últimas campañas como un jugador con un físico envidiable; tanto es así que desde el curso 2012-13 –el primero en el que fue titular indiscutible–, nunca se ha perdido más de cuatro choques en una misma campaña. Esa racha terminará con la lesión que acaba de sufrir.
Menos es más
La temporada pasada, la primera en la que las estrellas de los Warriors debían compartir protagonismo con Kevin Durant, Thompson pareció ansioso en determinados momentos. Esa sensación ha desaparecido por completo. En la presente campaña el escolta está consiguiendo sus mejores porcentajes en tiros de campo (49%) y en triples (44,2%). Está tirando menos, pero su eficiencia ha crecido.