Toronto realizó un gran movimiento cuando se desprendió de DeMar DeRozan para conseguir a Kawhi Leonard, tal y como demuestra el récord de 18-4 que lo sitúa como el mejor equipo de la NBA. Sin embargo, en el momento en el que se hizo efectivo el traspaso hubo alguien que no estaba para nada de acuerdo: Kyle Lowry.
El base, visiblemente molesto por la decisión del equipo, mostró su rechazo ignorando directamente todas las llamadas que recibió por parte de la franquicia en verano –incluyendo en ese grupo al general manager, Masa Ujiri–. Pues bien, con el paso de los meses entendemos que el gran momento del equipo ha rebajado el enfado de Lowry, algo que en cualquier caso no va a desembocar en una conversación que apunta a seguir pendiente de forma indefinida.
«En estos momentos ya no tiene sentido. Él tomó su decisión e hizo el traspaso. Fue su elección. Todo lo que puedo hacer es jugar. Todo sucede por una razón y así es como tienes que verlo. La únicas veces que te preguntas por qué es ante una enfermedad o un fallecimiento. Para mí, se trata de ganar campeonatos. Y si esta es la situación que me ayuda a ganar uno, entonces estoy feliz de estar aquí», aclara a Michael Lee de The Athletic sobre si piensa hablar con Ujiri.
Si todo se resume en ganar está claro que Toronto ha acertado. Leonard nunca ha sido un jugador de highlights, pero si de esos que dan un enorme plus de confianza y competitividad a un equipo. Primero mantuvo a San Antonio Spurs como contender mientras Tim Duncan, Manu Ginóbili y Tony Parker iban disminuyendo sus prestaciones, y ahora, en Canadá, apunta a convertir a los Raptors en el rival a batir de la Conferencia Este a la espera de que despierten los Celtics. Si Lowry estaba enfadado, motivos deportivos no tiene para mantener tal postura.
(Fotografía de Tim Bradbury/Getty Images)