La dirección deportiva de Atlanta, en el aire

La temporada de Atlanta Hawks ha terminado y ahora llega el momento de decidir qué rumbo debe tomar el equipo. En un principio, y tal como se venía anunciando desde hace meses, la mayor preocupación estribaba en asegurar la continuidad de Paul Millsap. Ahora, eso ha cambiado.

Los de Georgia, poco dados a hacer cambios profundos en los últimos años, se debaten ahora entre mantener la línea marcada o iniciar un nuevo camino que empiece por lo más alto; es decir, por su presidencia.

Mike Budenholzer, entrenador y presidente del equipo, habría hablado con los propietarios de la franquicia para dejar su puesto como presidente, lo cual supondría un paso lateral de cara a dejar en manos de otra persona las decisiones deportivas a nivel de despachos, informa Adrian Wojnarowski de The Vertical.

No quedaría ahí la remodelación de Atlanta. También según el citado periodista, los Hawks, que hace poco desmintieron que Wes Wilcox dejase de ser general manager del equipo, estarían aún discutiendo la continuidad de éste en su puesto.

Resumiendo. La dupla Budenholzer-Wilcox, la cual tomó el relevo en la dirección deportiva una vez que Danny Ferry rescindió su contrato, podría dar paso a otro grupo de personas que llegasen con un nuevo objetivo que bien podría ser el de iniciar una reconstrucción.

No sería algo descabellado. Paul Millsap acaba contrato y todo parece indicar que, como aseguraba ESPN hace ya mes y medio, optará por ser agente libre. Esa decisión iría acompañada de la decepción con el rendimiento de Dwight Howard, a quien le quedan dos años de contrato por valor de 47,3 millones de dólares. El pívot natal de Atlanta podría ser objeto de traspaso, aunque el valor que le dan los ejecutivos de la liga, exactamente una segunda ronda del Draft, no invita a ello.

La pista

Se acercaba la fecha límite de traspasos y Atlanta decidía enviar a Kyle Korver a Cleveland Cavaliers. Ese movimiento, el cual parecía ir encaminado a iniciar una reconstrucción, se vendió como el previo a ver partir a Millsap. Los rumores sobre su salida se sucedieron, incluso Budenholzer parecía preparado para estar sin él. Sin embargo, la propiedad de Atlanta pareció intervenir para echar a atrás cualquier intercambio. En aquel momento se pudo decidir tomar otro rumbo.

¿Momento de dar el paso?

Pongamos que Millsap, de 32 años, se queda en Atlanta con un contrato máximo de cinco años. ¿Sería un acierto? Puede. Pero lo cierto es que se asemejaría a firmar un lustro de temporadas siendo un buen equipo y nada más. Quizás se moverían en unas 48 victorias por año. Quizás alguna vez alcanzarían la segunda ronda de playoffs. Pero ahí quedaría todo.

Budenholzer, un hombre formado en San Antonio, podría estar tentado a empezar de cero a partir de talento joven. Aun así, nadie le aseguraría que en unos años el equipo fuese mejor del que pueden tener sin iniciar una reconstrucción. La decisión queda a expensas de los cambios que tengan lugar en la oficina.


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