Dwight Howard se quejaba hace unos días por su situación en los Atlanta Hawks, el equipo de su hogar. Especialmente, al pívot le ha molestado su papel en los playoffs (26,2 minutos y desaparecido en los finales reñidos): irrelevante para un jugador de su talla. Una talla que uno empieza a preguntarse hasta qué punto responde del presente y hasta dónde bebe del pasado.
Devaluación express
Howard hace ya unos años que no está presente en el debate de los mejores pívots de la Liga. Ni siquiera en el top 5; eso sí, su capacidad finalizadora, su fortaleza aérea y su virtud como intimidador, aún seguían granjeándole un gran respeto. Lo suficiente como para haber firmado este pasado verano un contrato con los Hawks por tres años y 70,5 millones de dólares.
Pues bien, sólo una temporada después, desde Atlanta estarían analizando el mercado y evaluando la cotización actual de su center titular por si fuera recomendable moverle de la franquicia. Y las malas noticias para los Hawks es que según una encuesta informal realizada a ocho ejecutivos de la liga llevada a cabo por Real GM, lo máximo a lo que aspirarían en estos momentos a obtener a cambio de Dwight sería una segunda ronda, además de la lógica descarga salarial. Repetimos: una (mísera) segunda ronda.
No prioritario
Durante el curso regular, el pívot ha promediado 13,5 puntos y 12,7 rebotes en 29,7 minutos, con un PER de 20,8. Números aún decentes para un jugador en clara línea decreciente y que además no acaparará ni un tercio de las preocupaciones de los Hawks este verano, quienes tendrán otra prioridad: la renovación de Paul Millsap.