En plena fase de rehabilitación de su fractura del dedo pulgar de su mano derecha, que requirió de cirugía y que le mantiene alejado de las pistas desde mediados de marzo, Marcus Smart visitó a su madre en Dallas y allí recibió la peor de las noticias: a su progenitora le habían diagnosticado un cáncer de médula ósea, tal y como recoge ESPN.
Sin embargo, esa difícil noticia la usó la propia madre de Smart, Camellia, para motivar a su hijo y estimularle en la recta final de su puesta a punto para el regreso a las pistas. Smart podría estar listo si el duelo de la serie contra los Bucks, 2-0 ahora mismo para los Celtics, llegara a un séptimo partido, que se celebraría el 28 de abril. El mejor escenario para el jugador y para Boston sería resolver antes la eliminatoria y tener completamente recuperado a Smart para la segunda ronda.
Como quiera que sea, la vuelta de Smart será un hecho y cuando se produzca lo hará con la motivación extra de hacer feliz a su madre, quien le ha implorado para que siga jugando al baloncesto pues desea verle jugar de nuevo esta temporada. El base ya perdió en 2004 a un hermano de 33 años, Todd, tras una larga batalla por el cáncer. Smart tenía entonces apenas 10 años.
El deseo de su madre
La dolencia de Camellia es complicada y según señala ESPN no se cree que se pueda realizar un trasplante. “Es una luchadora. Estamos viendo qué puede funcionar. Me dijo que prefería que yo estuviera aquí (Boston) que allá”, apuntó Smart antes del segundo partido de la serie ante Milwaukee celebrado este martes. “Le encanta verme jugar porque eso pondría una sonrisa en su rostro si volviera sano a la cancha”.
Smart’s YounGameChanger Foundation es la fundación con la que Smart ayuda a los jóvenes pacientes de cáncer y el propio jugador suele visitar los hospitales para encontrarse con ellos.
El baloncesto como bálsamo
A la espera del tratamiento que puedan someter a su madre, Smart busca en la canasta su manera de asimilar todo. “Me encanta jugar al baloncesto «, dijo Smart.» Muchos de mis amigos y familiares me dicen que con el baloncesto es donde estoy más tranquilo, donde puedo pensar y liberar toda esa presión. Pero es difícil dejarla, sabiendo la situación. Los miembros de mi familia están allí, y ella tiene a todos a su alrededor”.