La NBA ha solicitado a sus jugadores que reciban una dosis de refuerzo de la vacuna contra el Covid-19. Esta petición, también realizada a entrenadores y árbitros, se ha realizado siguiendo las indicaciones de los expertos en salud pública que trabajan para la liga, que han considerado que esta medida ayudará a evitar que la enfermedad vuelva a suponer un problema para el campeonato como ya ocurrió la temporada pasada.
La petición ha hecho especial énfasis en quienes hayan recibido la vacuna de Johnson & Johnson hace más de dos meses, pero también incluye a quienes les hayan sido administradas ambas dosis de Pfizer o Moderna hace seis meses o más. Esto se debe a que, según los estudios realizados por la liga, el nivel de anticuerpos proporcionados comienza a disminuir una vez superado dicho plazo.
Para incentivar a los jugadores a recibir esta dosis extra, la NBA volverá a realizar test diarios a aquellos que no se hayan administrado el refuerzo a partir del 1 de diciembre. Esta fecha, sin embargo, será flexible, y dependerá de en qué momento haya recibido cada jugador su última dosis y de qué vacuna se les haya administrado originalmente.
Varios equipos llevaban ya un tiempo planeando administrar dosis de refuerzo a sus plantillas para evitar problemas con posibles contagios. Algunos jugadores vacunados han comenzado a dar positivo en algunos test, lo que les ha hecho perderse partidos, y algunos como Tobias Harris han tenido incluso síntomas relativamente fuertes, algo que a priori podría solucionarse con esta inyección extra.
El 97% de los jugadores estaban vacunados cuando empezó la competición, aunque en la mente de todos están casos como el de Kyrie Irving, que sigue sin haber jugado esta temporada. Veremos si esta noticia vuelve a generar revuelo o si es aceptada con más normalidad.
(Fotografía de portada: Alex Goodlett/Getty Images)