Hace algo menos de dos semanas supimos que la NBA estaba investigando un posible tampering en la contratación de P.J. Tucker por parte de Philadelphia. Pus bien, esta no solo sigue su recorrido, sino que ha sido ampliada hasta el punto de tratar todos los movimientos de la agencia libre de los 76ers como uno conjunto que puede haberse saltado las reglas.
Según informa Adrian Wojnarowski de ESPN, el punto central de la investigación estaría en el nuevo contrato de James Harden. Siendo exactos, en la Liga hay dudas sobre si ya existía un acuerdo previo entre jugador y franquicia respecto al contrato futuro, lo cual violaría las normas colectivas.
A tal punto conflictivo ha ayudado el propio Harden. El hecho de que asegurase que le comentó al presidente de operaciones de baloncesto, Daryl Morey, que ayudaría al equipo para fortalecer la plantilla y que ya después el tendría su parte, da a entender que jugador y equipo tenían un acuerdo para hacer posibles las llegadas de P.J. Tucker y Danuel House. Ahora, es prácticamente imposible conocer si los términos exactos estaban entonces en la mesa. Recordemos que el All-Star ha firmado por dos años y 68 millones de dólares, siendo el segundo de ellos una opción de jugador.
La cosa es que la NBA ya se ha puesto manos a la obra para arrojar luz sobre el asunto. Morey ha comenzado a responder las preguntas de los abogados de la competición, siendo esta una sola de las entrevistas que se realizarán, ya que también departirán con más miembros del personal. Además, la franquicia entregará la correspondencia electrónica y los registros telefónicos.
¿A dónde nos llevará esto? La multa parece inevitable. En el caso de P.J. Tucker, se filtró muchos días antes de que se abriese la agencia libre ya no que tuviese interés en firmar con los Sixers, sino los datos exactos del contrato que terminaría cerrando con los de Pensilvania. Por este lado, la investigación puede tener poco recorrido.
En todo caso, no parece que tengan que preocuparse en exceso. Aunque la NBA tiene el derecho a imponer sanciones duras como 10 millones de dólares o incluso anular contratos, en casos anteriores se resolvió el asunto despojando a los equipos de una selección de segunda ronda para el draft. Ya pasó con Miami, Chicago y Milwaukee. Parece complicado que en esta ocasión vayan a ser más severos.
(Fotografía de Michael Reaves/Getty Images)