La carrera de LaMelo Ball empieza a navegar peligrosamente entre la brillantez y la fragilidad física. Nadie duda de que en plena forma es un jugador espectacular, pero de igual modo sus tobillos nos han recordado demasiadas veces en las dos últimas campañas que sus exhibiciones tienden a ser efímeras.
En el presente, tras sufrir un grave esguince en el tobillo derecho el pasado 26 de noviembre, vuelve a estar parado a la espera de un recuperación a la que aún le quedan semanas por delante. Será dentro de siete días cuando los servicios médicos de los Hornets vuelvan a examinar su articulación, pero por el momento apenas puede hacer más que dar unos pocos pasos. Así expresa sus sensaciones en declaraciones recogidas por Roderick Boone de Charlotte Observer.
«Simplemente un progreso lento. Estoy haciendo tratamiento todos los días para tratar de mejorar. Desde que sucedió, me siento un poco mejor», señala antes de dejar claro que es optimista respecto a acortar plazos para su retorno.
«Se siente mucho mejor que cuando sucedió porque al principio ni siquiera podía apoyar y hacer presión en mi pie. Ahora puedo levantarme sobre los dos pies y caminar un poco. Todavía cojeo un poco, pero está mucho mejor de lo que se veía antes», admite.
Esta nueva lesión cortó de raíz la que estaba siendo una muy buena campaña de LaMelo. Antes de la grave torcedura, acumuló hasta cuatro partidos consecutivos por encima de los 30 puntos, encuentros que le sirven para alcanzar un promedio de 24,7 tantos y 8,2 asistencias por noche. Sin él, el presente de los de Carolina del Norte se vislumbra complicado.
(Fotografía de Michael Reaves/Getty Images)