Con tiros así es normal que los Knicks estén como están.
Orlando Magic se llevó la victoria del Madison Square Garden por 95-97 a pesar de que los de Derek Fisher tuvieron la última posesión del encuentro para ganar el choque o al menos forzar la prórroga.
Sin embargo J.R. Smith decidió que el último tiro se lo jugaría él apostándolo todo al triunfo o la nada. Y fue nada, porque no tocó ni aro.