Hace apenas dos meses, muchos analistas y expertos situaron a los Sacramento Kings como uno de los equipos que mejor se movió en la temporada baja al incorporar a DeMar DeRozan. Sin embargo, el primer mes y medio de regular season ha devuelto muchas más dudas que certezas respecto a su encaje en el equipo.
Los californianos ocupan la duodécima posición de la Conferencia Oeste tras perder siete de sus últimos diez partidos. Su calidad está fuera de toda duda, pero algunos ejecutivos de la competición consideran que es muy complicado realizar un ajuste orgánico de DeRozan al lado de Domantas Sabonis y De’Aaron Fox por las cualidades de uno y de los otros.
«DeRozan es un jugador con muchísima habilidad y es un tipo al que le darías la bola al final de un partido. Además, es genial tener a un tipo como él en el vestuario», declaró un ejecutivo de la Conferencia Oeste, según un artículo de ESPN firmado por Tim Bontemps y Brian Windhorst. «Pero su juego no ha sido el motor de la victoria. Y esto es algo que, lamentablemente, ha sucedido a lo largo de su carrera y es una de las razones por la que ha cambiado de equipo muchas veces».
Por desgracia, lo cierto es que los Toronto Raptors no dieron el salto definitivo hacia el anillo hasta que lo traspasaron rumbo a San Antonio a cambio de Kawhi Leonard. Desde entonces solo ha disputado dos playoffs, con los Spurs y los Bulls, cayendo a las primeras de cambio. Aun así, por el camino ha añadido dos participaciones más en el All-Star Game.
DeRozan es un jugador que opera principalmente desde la media distancia y que, sobre el papel, parece chocar frontalmente con el juego más dinámico y veloz que han aplicado los Kings en las últimas dos temporadas. En todo caso, todavía no hay razón para la alarma: el tridente compuesto por DeRozan, Fox y Sabonis supera a sus rivales por 6,5 puntos por cada cien posesiones en los 420 minutos que ha coincidido en pista.