Donovan Mitchell será el ‘No Rookie del Año’ por culpa de las barbaridades semanales con las que nos deleita Ben Simmons. Al igual que LeBron James, salvo mayúsculo sorpresón, se quedará a las puertas de su quinto MVP debido a que la Barba se ha plantado y ha decidido que este año, pese a quién pese, le toca a él.
Es en momentos como éste cuando Harvey Specter aprovecharía para citar a Los Inmortales: «Solo puede quedar uno».
Trío de MVP’s
James Harden ha hecho méritos suficientes para que esta temporada ni los triples-dobles de Westbrook ni los de nueve metros de Curry, hagan dudar a los votantes. Su año sideral —30,7 puntos, 8,7 asistencias, 5,4 rebotes, 1,8 robos— y su éxito global —líderes de Conferencia— hará bueno el refrán esta vez. A la tercera irá la vencida.
Sin embargo, parece poco probable que el guard de los Rockets logre lo que el guard de los Warriors hace dos campañas. Un MVP por consenso; con el 100% de los votos.
Alguno le robará por el camino los abusos que comete Anthony Davis desde que se quedó sin la compañía de DeMarcus Cousins, y otro puñado se escapará seguramente por la temporada de un jugador a cuyo rendimiento individual no acompaña, para su desgracia, la marcha de su equipo.
Un jugador que a sus 33 años se halla inmerso en una segunda juventud, y no pocos aseveran que está siendo aún mejor que la primera —quien escribe entre ellos—.
Rompiendo moldes
Y así lo piensa también, al menos, el autor. LeBron James, si tuviera derecho a voto, tiene claro que haría como los líderes de los partidos en jornada electoral. «Votaría por mí»; asegura el jugador de los Cavs para Associated Press. «Cómo he trabajado mi cuerpo, lo que estoy haciendo, lo que ha estado sucediendo con nuestro equipo todo el año, cómo hemos tenido tantas lesiones y demás cosas de esa naturaleza, muchachos entrando y saliendo para tratar de mantener esto a flote… Definitivamente me votaría».
«En este punto de mi carrera, solo estoy tratando de romper el molde, de romper la narrativa que persigue a los jugadores en su decimoquinto año… Intento hacer cosas que nunca se han hecho antes «, añade James. «Es una locura, porque no me propongo hacerlo. Simplemente está sucediendo de forma orgánica. Estoy entrenando mi cuerpo y entrenando mi mente y saliendo, jugando y viendo lo que sucede».
Jugador y equipo: términos divergentes
El conjunto de Cleveland es, a día de hoy, tercero en el Este, con 44 victorias y muy lejos de las 51 que atesora Boston, dueño de la segunda plaza.
A nivel personal, sin embargo, lo que está haciendo LeBron supera toda lógica natural y biológica. 27,4 puntos, 9,1 asistencias, 8,6 rebotes y 1,5 robos.
Si nos vamos a sus números post All-Star, punto en el que activó el modo destroyer total, olisquea más aún el triple-doble de promedio: 30,1 puntos, 10,1 rebotes y 9,6 asistencias en 18 partidos, con un 55,7% en tiros de campo y unos destrozos al aro precedidos de unos saltos que firmarían Armstrong y Aldrin en su paseo espacial.
No obstante, a pesar de tanta proeza numérica de su líder, los Cavs reflejan un balance de 8 victorias y 6 derrotas desde entonces. El rey, no importa cuanta revolución y fichajes haya, continúa demasiado solo.