Algo casi insólito en su carrera. El cuerpo de litio de LeBron James —seis Finales seguidas— necesitaba descanso y recarga. Por una ocasión, antepuso su bienestar físico pensando en el largo plazo a su ambición competitiva. Eso nos ha privado ver a un Team USA más demoledor del que hemos presenciado en estos JJ.OO y que aún así se ha visto sobrado para colgarse el oro una vez más.
Eso no significa que no vayamos ver a ver más al rey de Ohio defendiendo las barras y estrellas. De hecho, hay un nuevo aliciente que está a punto de llegar. La retirada de la selección de Mike Krzyzewski viene con el contrapunto perfecto, el desembarco de Gregg Popovich. James no ha ocultado que está totalmente abierto a jugar en los próximos Juegos Olímpicos: Tokio 2020.
«Sería realmente increíble jugar para el mejor entrenador de la NBA de todos los tiempos», ha confesado al USA Today. «Coach K y Gregg Popovich son dos de mis entrenadores favoritos de siempre. Obviamente mi cuerpo tendría que seguir en el mismo estado que ahora dentro de cuatro años».
Es de agradecer un hambre así. En 2020 LeBron habrá cumplido los 35 y se adentrará en su decimoctava campaña en la NBA. Ahora sí, puede decirse que tras llevar el anillo a su estado natal el alero lo ha logrado todo a nivel competitivo. Ya sólo falta ir rellenando esos otros hoyos de altruismo o belleza baloncestística: jugar a las órdenes de Pops, formar un equipo con CP3 y Carmelo…