Leyenda viva: LeBron James, tercer máximo anotador de todos los tiempos

Lo hemos visto un millón de veces en televisión; el corredor escapado desde los primeros compases de la etapa tras un esfuerzo espectacular, para ver luego como, lenta pero inexorablemente, el pelotón comienza a recortar la brecha hasta dar caza a la tête de course.

Una engranaje perfecto e inagotable de relevos; una máquina devoradora de kilómetros imposible de detener; un enjambre de piernas obsesionadas en pedalear y que, por si fuera poco, disfrutan del pedaleo. Todo eso es LeBron James; y lo que sucedió anoche en la derrota de los Lakers en Philadelphia se veía venir desde hace años. Muchísimos. Casi desde que el rey soberano abandonó el instituto y holló, para hacer suyo durante décadas, el patio de recreo de la NBA.

Pero no por ello lo comentado aquí hoy es menos leyenda. Pues si superar a Kobe Bryant en cualquier cosa ya debe ser objeto de noticia, hacerlo en la tabla de máximos anotadores de la historia, se convierte automáticamente en uno de los titulares del año.

Hachazo agridulce

Dieciocho puntos necesitaba encestar LeBron para que esto ocurriese esta misma noche, y todos estábamos expectantes, pues el ’23’ promedia más de veinticinco esta temporada. La noticia estaba escrita con antelación.

Sin embargo, el statu quo estuvo lejos de ser el idóneo, y James (un jugador de por sí no muy dado a detenerse en este tipo de cosas) no se distrajo con ningún ademán de celebración; pues los suyos perdían de paliza, y la canasta del récord sólo sirvió para recortar la distancia a veinte puntos: tocaba seguir defendiendo, y sólo el locutor angelino lo homenajeó en el momento con un breve «another milestone for the great LeBron James». Otro hito más para la (abisal) buchaca.

Siguiente parada: ‘The Mailman’

Le sobraron 11; con sus 29 puntos de la noche dejaba cómodamente atrás los 33.643 puntos de Kobe, un viejo ídolo y actual buen amigo que no tardó en darle la enhorabuena por redes sociales; y cómo él, medio mundo. 33.655 puntos que no son sino otra escueta parada en el camino. Ya fijando la vista en la nuca siguiente. Apenas un puntito en el horizonte aún; los 36.928 de Karl Malone. El Cartero indomable de Utah.

Los Lakers salieron derrotados del Wells Fargo Center por por 108-91 (sensacionales Ben Simmons y Tobias Harris). El pabellón de la ciudad que hace más de 41 años vio nacer a Kobe Bryant. No deja de tener su gracia. Pues aunque esta pelea contra el tiempo la tenía perdida desde hacía mucho, todos sabemos lo mucho que el ’24’ detestaba perder.

Una de las últimas picaduras de la Mamba, aún desde el retiro. Y aunque dicen que sarna con gusto no pica, estamos convencidos de que LeBron habría firmado aplazar el récord un par de encuentros más, si con ello lograba salir con el triunfo de Philly en la pasada madrugada.

(Fotografía de portada de Mike Stobe/Getty Images)


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