Ayer los Boston Celtics perdieron con unos Minnesota Timberwolves que encaraban el partido en ausencia sin Towns, Edwards y Russell. Los de Ime Udoka encadenaban así su segunda derrota consecutiva, esta vez, en lamentables condiciones. La imagen mostrada era tan decepcionante que Al Horford quiso hacer autocrítica. «Debemos mirarnos al espejo como individuos y como equipo» decía el pívot. A lo cual Jaylen Brown replicaba con un «¿Mirarnos en el espejo? Sin comentarios».
Hace ya un par de meses que Marcus Smart hacía pública su frustración con Brown, Tatum y la incapacidad de ambos para compartir el balón. Aquellas palabras fructificaron en una reunión de jugadores en las que la nota general fue el desacuerdo. Brown saldría al día siguiente tachando las declaraciones de Smart como desafortunadas. Sea como fuere, el rumbo del equipo mejoró, pero terminó regresando a la mediocridad que les sume en el noveno puesto de la Conferencia Este.
Esta vez el alero de los Celtics no iba a juzgar la sentencia de su compañero, pero aprovechó para recalcar su desacuerdo. Eso sí, sin esquivar la autocrítica. «Ha sido una de las peores derrotas de la temporada. Pero muchas de las pérdidas y fallos defensivos vienen de fallos en la comunicación, cosas que tienen que ver con la química de equipo. No hemos jugado bien. No he jugado bien». En realidad, da igual lo que dijese Brown y si está más o menos en consonancia con el análisis de Horford, porque la sensación que permea es la de un equipo en que cada uno rema por su lado.
(Fotografía de portada de Maddie Malhotra/Getty Images)