Mejor inicio de temporada de la era LeBron para Cleveland

El estado de ánimo sigue alto en Cleveland. Desde el Game 4 de las pasadas Finales ante Golden State, quedándose a solo una derrota más de perder el campeonato, el equipo entrenado por Tyronn Lue no pierde un partido oficial. Tras remontar aquella serie con tres victorias seguidas y llevarse el título, los Cavaliers han empezado la temporada regular con un 4-0, algo inédito desde 2000-01. Los Rockets, pese a un James Harden espectacular, fueron la última víctima al caer por 128-120.

Partido tempranero

El duelo se abrió una hora antes de lo anunciado a principio de campaña para coincidir lo menos posible con las Series Mundiales. En el estadio de los Indians, muy cercano al hogar de los Cavs, el equipo de béisbol de Cleveland tenía la oportunidad de sentenciar su serie ante los Chicago Cubs y ganar su primer título desde 1948. El aperitivo para la ciudad fue excelente, con los Cavaliers aprovechando sin problemas las muchas lagunas defensivas de los Rockets de Mike D’Antoni.

En ese escenario, Kyrie Irving (32 puntos), Kevin Love (24 puntos) y LeBron James (19 puntos, 13 rebotes y 8 asistencias) jugaron a placer, con un juego bien equilibrado entre acciones individuales y movimiento de balón. La adquisición de un veterano como Mike Dunleavy Jr. ha servido para dar más consistencia a la segunda unidad, algo que acabó siendo clave para aprovechar los minutos de juego en los que James Harden se tomó un respiro.

Harden contra el mundo

Porque, hoy por hoy, el escolta es más que el mejor jugador de Houston. Es el auténtico alma, motor y volante de un bloque que brilla en el juego acelerado dictado por D’Antoni con Harden en cancha, pero que entra en un profundo caos cuando se sienta en el banquillo. Los Rockets perdieron un partido que llegaron a ir dominando en el primer cuarto con su estrella descansando.

El esfuerzo de su mejor hombre por involucrar al resto del equipo fue en vano, aunque dejaran una línea estadística histórica: 41 puntos, 15 asistencias y 7 rebotes, números inéditos en un partido para un jugador de los Rockets en la historia de la franquicia.

El buen inicio de Cleveland sirve para no sentir presión en lo que parecía necesario fichaje de un base reserva tras la retirada aún no oficializada (sigue técnicamente en plantilla) de Mo Williams. El 4-0 no solo es el mejor inicio de la era de LeBron James, sino también mantiene el ánimo alto en unos Cavaliers que parecen perfectamente listos para el desafío de ganar sus segundo campeonato consecutivo.


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