Los Pistons recibían a Cleveland en plena racha de cinco derrotas consecutivas y con un ambiente enrarecido tras perder su puesto en zona de Playoffs. Pero los vigentes campeones fueron mucho más dóciles de lo esperado. Sin la motivación del partido del día anterior ante los Warriors y con LeBron James descansando, los Cavaliers acabaron cayendo por un claro 106-90.
Reformas en Detroit
Los cambios que Stan Van Gundy ha hecho en la rotación han servido para despertar a algunos jugadores, especialmente a Tobias Harris. El alero perdió su puesto en el cinco inicial en el partido del viernes ante Golden State, pero a la vez recuperó su toque. Tras anotar 26 puntos a los Warriors, Harris no decepcionó ante el otro finalista NBA de las dos últimas temporada, liderando el ataque de Detroit con 21 puntos.
Los Cavs, tras su brillante, intensa y polémica victoria ante Golden State, salieron claramente fuera de ritmo. La ausencia de LeBron James se notó claramente en la distribución de balón (19 asistencias por 21 pérdidas) y en la energía del equipo. Sin ganar ningún cuarto, nunca fueron capaces de encontrar una racha lo suficientemente buena para ponerse por delante al menos una vez en el partido.
Disminuidos Cavs
Kyrie Irving (18 puntos y 8 asistencias) y Kevin Love (17 puntos y 14 rebotes) dieron pelea, pero el limitado banquillo pagó claramente la falta de pegada ante sus muchas ausencias. La espléndida segunda mitad de Tobias Harris (14 puntos tras el descanso) acabó siendo decisiva ante unos campeones mucho menores sin LeBron James.
Desde el regreso del alero a Cleveland en 2013, los Cavs han disputado ya 22 partidos en los que LeBron James no jugó. El balance contando la derrota ante Detroit: 4-18. Los descansos de James son perfectamente asumibles para Cleveland, un equipo que piensa con todo derecho más en junio que en diciembre, pero demoledores a corto plazo. En este escenario, Detroit aprovechó con brillantez la oportunidad para reflotar su dañada nave.