Se presumía que la vida sin LeBron James podía ser dura en Cleveland, pero no hasta el punto, quizá, de arrancar la campaña con un 0-4 en contra. Así se encuentran ahora mismo los Cavaliers. De hecho, la victoria de ayer de los Lakers o de los Bulls hace que la franquicia de Ohio sea la única, junto con OKC, que no sabe lo que es ganar todavía este curso.
Este miércoles, Cleveland caía con estrépito en el Quicken Loans Arena ante los Nets (86-102). El recinto que no hace tanto tiempo albergara la gloria de una franquicia totalmente rendida a LeBron fue una plaza sencilla anoche para los Nets. Y quizá este sea el problema de los de Tyronn Lue, que sucumban sin miramientos ante un plantel del nivel de Brooklyn, teóricamente llamado a hacer cosas menores en el Este.
Un tercer cuarto horrible
Kyle Korver y J.R. Smith volvían a la rotación, pero dio un poco igual. Hasta el descanso, Cleveland respiraba (45-45), capaces los locales de enmendar un mal comienzo, con 17-24 en el primer cuarto. Y sin embargo, el desastre vino después del descanso, con un parcial de 17-38 para los Nets que sentenció la velada. Los que decían que los Cavaliers de la 2017-18 eran LeBron y poco más tienen razones de peso para sostener ese argumento. El vacío dejado por El Rey es demasiado.
Brooklyn no necesitó de un gran despliegue, de una actuación estratosférica de nadie. Le sirvió con hacer un buen trabajo, con jugar conjuntado y tener todos los titulares en al menos 10 puntos anotados, además del doble-doble de Ed Davis (10 tantos y 10 rebotes). Los Nets, 2-2, están en puestos de playoffs por delante de equipos como Boston, Washington o Philadelphia. Cosas del inicio de curso. Presumiblemente todo esto deberá cambiar. Y eso esperan también en Cleveland.