Las ausencias de Kawhi Leonard y Paul George no fueron un impedimento para que los Clippers se impusieran a Cleveland. El cuadro angelino se llevó cómodamente el duelo ante los de Ohio por 128-111, hundiendo aún más a unos Cavaliers que han perdido sus últimos siete partidos. Es más, desde que sorprendieran al mundo con sus dos victorias consecutivas ante Brooklyn, los de Bickerstaff solo han ganado dos encuentros de los once que han disputado.
Lou Williams, con 30 puntos y 10 asistencias, fue el mejor del partido, y demostró que, pese a que sus promedios distan de ser los de otras temporadas, su calidad y su talento siguen estando ahí. El escolta arrancó como titular por primera vez en lo que va de temporada, y lo aprovechó para firmar su mejor actuación del curso y seguir recuperando sensaciones. Tras un inicio dubitativo, Williams enlaza ya seis partidos por encima de los 15 tantos, y poco a poco parece que va volviendo a ser el peligro ofensivo que siempre ha sido.
Quien también firmó su mejor marca del año fue Marcus Morris, que lideró a la segunda unidad angelina con 23 puntos. Serge Ibaka, con 21, fue el tercero en anotación, y cuajó una actuación bastante completa al capturar 9 rebotes, repartir 6 asistencias, y colocar 2 tapones.
Por su parte, los Cavaliers estuvieron comandados por los 22 tantos de Collin Sexton, seguido muy de cerca por los 20 que anotaron tanto Darius Garland como Cedi Osman. No obstante, ninguno de ellos pudo evitar que Cleveland fuera borrado del mapa en la segunda mitad, que comenzó con un parcial de 23-7 que colocó a los Clippers 28 puntos arriba (93-65) y terminó de romper un choque que ya pendía de un hilo al descanso.
«Nuestros problemas empezaron al final del segundo cuarto» señaló Bickerstaff. «Estábamos en el partido pero cometimos un par de errores en la toma de decisiones y de repente nos fuimos 12 abajo al descanso. Esto les dio confianza y les permitió crear un momentum para ponerse fuera de nuestro alcance».
(Fotografía de portada: John McCoy/Getty Images)