Sin hacer ruido, mientras otros equipos acaparan la actualidad, los Atlanta Hawks están a un partido de volver a convertirse en equipo de Playoffs. Mike Budenholzer disfruta del trabajo bien hecho al tiempo que observa como franquicias, presuntamente, más favoritas ven como se les escapa la postemporada.
Anoche los Hawks rompieron la racha de cinco triunfos consecutivos de Detroit Pistons, derrotándoles 112-95, con lo que se colocan terceros del Este un partido por delante de Boston Celtics. Esta victoria, además de alegrar a sus propios aficionados, también da un halo de esperanza para los Chicago Bulls tras caer por tercer encuentro consecutivo, anoche ante los Orlando Magic.
Los del estado de Georgia encadenan trece victorias en sus dieciséis últimos envites, y el mayor culpable de la más reciente fue, otra vez, Paul Millsap. El ala-pívot encestó 23 puntos y capturó 9 rebotes, lo que sumado a un primer cuarto arrollador (27-15) fue suficiente para evitar la remontada rival. «Enorme», decía Al Horford de su compañero de pintura. «Es una gozada verle jugar a este nivel».
Anotación global
Millsap fue el destacado y sus compañeros se repartieron el protagonismo restante. Hasta ocho jugadores de Atlanta terminaron con dobles dígitos: Bazemore (17), Horford (13), Korver y Teague (12), Schroder y Humphries (11) y Scott (10).
El poderío reboteador de los Pistons —53 rechazos por los 39 locales—no fue suficiente para contrarrestar las 34 asistencias que lograron los Hawks por sus 25 pases de canasta.
Andre Drummond, quien sino, ejemplificó la solvencia en el rebote de su equipo con 17 capturas a las que sumó 19 tantos, y Tobias Harris fue el máximo anotador de los de la ‘Motown’ con 21 puntos.
Curiosamente, los Hawks podrían sellar su clasificación haciendo trizas el favor del que hablábamos. Visitan mañana a los Bulls, equipo justamente por el que aún no ostentan su pase matemático. Por su parte, los Pistons no lo tendrán fácil tampoco recibiendo a los Thunder el martes. La octava plaza está en juego, pero a los Hawks es algo que ya no les concierne demasiado. Ya han hecho los deberes.