La experiencia es un grado que se trasforma en factor diferencial cuando llega la ahora de afrontar los desafíos de mayor magnitud. Los Utah Jazz han finalizado la regular season con el mejor récord de la liga. Un éxito efímero que querrán trasladar a unos playoffs que suponen, a su vez, un borrón y cuenta nueva de lo previamente realizado.
Esta afirmación final no es del todo justa pues la clasificación final regala lujos varios como el factor cancha y enfrentamientos, a priori, más asequibles en primera ronda. No obstante, a la hora de la verdad, una premisa se cumple siempre: para conquistar el campeonato hay que vencer a los mejores.
Así, los Jazz se embarcan en esta gesta con quizá menos tablas en lo que a conocimiento de los playoffs se refiere. El vestuario cuenta con jugadores que ya saben cómo se las gastan los rivales en las eliminatorias por el título. Sin embargo, ninguno de ellos recopila un historial de vivencias en playoffs tan amplio como el de Mike Conley.
A lo largo de su carrera, Conley ha disputado un total de 61 encuentros de playoffs. En 2011, afrontaba su primera campaña en Memphis cuando asaltaron a San Antonio Spurs en primera ronda tras haber finalizado la regular season en octava posición. Dos años más tarde, con el núcleo del Grit-and-Grind en pleno clímax, disputó las Finales de Conferencia con los Grizzlies, momento en el que los Spurs se cobrarían su venganza por la vía rápida. En total, doce eliminatorias a sus espaldas, tres de ellas decididas en un séptimo partido. Incluida la última, aquella del triple que no quiso entrar ante Denver.
De este modo, el base ha hecho frente a casi todos los escenarios posibles en el camino hacia el título. Esto se convertirá en un plus importante para templar y redirigir el gran ímpetu general de la plantilla de los Jazz. Así lo enfocará el cuerpo técnico de Salt Lake City.
«Su experiencia en ese tipo de partidos, partidos importante en un escenario de playoffs, con series largas, es algo que nos resultará muy valioso», declaró el técnico Quin Snyder al medio Salt Lake Tribune. «Su liderazgo durante toda la temporada ha sido una parte importante de lo que hemos logrado como grupo. En este entorno será todavía más importante gracias al punto de vista que ofrece su experiencia.»
Unos problemas musculares en la pierna derecha obligaron al jugador a perderse nueve partidos en las últimas tres semanas de temporada regular. A pesar de su ausencia en pista, se mostró muy activo desde el banquillo, ofreciendo su perspectiva y punto de vista de las distintas situaciones de partido.
«En los tiempos muertos se acercaba y nos decía las cosas que veía o sentía», reconoció Joe Ingles. «Suele tener razón el 99,9% de las veces. Así que no tengo ninguna duda de que su liderazgo será el mismo. Siempre está hablando y nos está ayudando. Su liderazgo será perfecto.»
De hecho, el base ya ha compartido la valiosa lección que mencionábamos un par de párrafos más arriba: lo hecho hasta ahora resulta en gran medida irrelevante. «No importa en qué posición termines. Tienes que ser capaz de volver a enfocar la situación e ir equipo por equipo, partido por partido», señaló Conley. «Haberlo hecho bien en temporada regular no te asegura pasar de ronda. Es una temporada completamente nueva una vez comienzan los playoffs. Y así es como tenemos que pensar.»
Por supuesto, las virtudes de Mike Conley van mucho más allá de su veteranía y habilidades comunicativas. El base está completando una de las temporadas más sólidas de su carrera, la cual le valió para ser elegido All-Star por primera vez. Sus promedios han ascendido hasta los 16,4 puntos y 6,0 asistencias por encuentro, finalizando la regular season con el mejor diferencial plus/minus de toda la NBA, con un +10,7.
Hasta el cierre del play-in, los Jazz no conocerán su rival en primera ronda de playoffs. Lo que sí que está claro es que será uno de los siguientes cuatro: Los Angeles Lakers, Golden State Warriors, Memphis Grizzlies o San Antonio Spurs.
(Fotografía de portada de Christian Petersen/Getty Images)